La trama es sencilla a la par que nada interesante. Un
famoso actor de telenovelas (y productor musical), latin lover follador,
comienza a tener sus primeros gatillazos, así que tras muchos intentos por recuperar su
virilidad, tres amigas suyas, contratan
a una muchacha muy sexy que le hará
recuperar la virilidad. Con lo que no contaban, es que, naturalmente, este caballero
acabará enamorándose de la contratada.
Y no hay más, cómo lo cuento es como es. Y un final de sopetón,
que es de agárrate y no te menees.
Lo curioso es comprobar in situ, como un director de comedia
siempre eficaz como Tito Fernández, comienza a flojear a mediados de los
ochenta, perdiendo la frescura en sus películas, máxime, cuando, me figuro, los
Mexicanos no paran de imponer sus peticiones. De hecho la película tiene un
segundo protagonista, que es el tema “Toda la vida” de un tal “Franco”, que no
para de sonar durante toda la película como tema principal, ya que la película
también serviría para lanzar en España la música del artista. De hecho, sonó.
Yo me acuerdo perfectamente de la canción.
La película es tremendamente aburrida, tópica y carente de
originalidad, no ofreciendo nada interesante, ni aportando gags minimamente
graciosos.
Lo único que podíamos destacar, es el poder ver a Arturo
Fernández cual Alfonso Zayas, desenvolviéndose como puede, y sin saber muy bien
como, en un sub-género como es el cine de ficheras mexicano. Por lo demás, del
todo olvidable.
Les dejo también el póster mexicano.