miércoles, 27 de marzo de 2013

LA CHICA DE LA PISCINA

Basada en la novela de Santiago Moncada, a su vez, guionista de la película, “La chica de la  piscina” vehículo de lucimiento para el gran Arturo Fernández en su momento de mayor esplendor, triunfando en el teatro y triunfando en el cine, nace con el objetivo de ver si la fama del actor en España, podía ser igual de grande en latino américa. Para ello, la productora mexicana Televisa, se pone en contacto con Izaro films, para ver si con el capital de ambos se podía hacer un éxito en los dos países. Para ello se contrató a todo un fabricante de éxitos, Ramón Fernández, que dirigiría una película que en México pasaría a llamarse “Desnúdate Marcela”. Pues no cuajó, ni en un lugar ni en otro. Y es que, a parte de tratarse de una película extremadamente floja, Arturo Fernández venía de hacer la excepcional “Truhanes” y el listón estaba muy alto. Esta película escatima hasta en el agua de la piscina.
La trama es sencilla a la par que nada interesante. Un famoso actor de telenovelas (y productor musical), latin lover follador, comienza a tener sus primeros gatillazos, así que tras  muchos intentos por recuperar su virilidad,  tres amigas suyas, contratan a una muchacha muy  sexy que le hará recuperar la virilidad. Con lo que no contaban, es que, naturalmente, este caballero acabará enamorándose de la contratada.
Y no hay más, cómo lo cuento es como es. Y un final de sopetón, que es de agárrate y no te menees.
Lo curioso es comprobar in situ, como un director de comedia siempre eficaz como Tito Fernández, comienza a flojear a mediados de los ochenta, perdiendo la frescura en sus películas, máxime, cuando, me figuro, los Mexicanos no paran de imponer sus peticiones. De hecho la película tiene un segundo protagonista, que es el tema “Toda la vida” de un tal “Franco”, que no para de sonar durante toda la película como tema principal, ya que la película también serviría para lanzar en España la música del artista. De hecho, sonó. Yo me acuerdo perfectamente de la canción.
La película es tremendamente aburrida, tópica y carente de originalidad, no ofreciendo nada interesante, ni aportando gags minimamente graciosos.
Lo único que podíamos destacar, es el poder ver a Arturo Fernández cual Alfonso Zayas, desenvolviéndose como puede, y sin saber muy bien como, en un sub-género como es el cine de ficheras mexicano. Por lo demás, del todo olvidable.
Les dejo también el póster mexicano.