sábado, 20 de abril de 2013

LOS VIOLADORES

En mi lista particular de películas “Malas pero divertidas” (libro nuestro este, en el que Naxo ya dio cuenta de la película), esta “Los Viladores”, internacionalmente conocida como “Mad Foxes” (¡¡Zorras Locas!!), estaría, junto a “The Room” a la cabeza de mis favoritas.
Y es que hasta que no salió la edición en dvd de váyase usted a saber que  país Europeo, la película, que no obstante, fue editada en su momento en vhs en nuestro país, gozaba de un peculiar malditismo e ignotismo que hacía aún mas gozoso su visionado.
Y visionada recientemente, debo decir que su capacidad para sorprender, para dejar al espectador con la boca abierta, permanece vigente.
Y es que perpretada por los inefables hermanos Balcázar con el fin de obtener unos cuantos dividendos en otros países, la historia no puede tener más mala idea.
Un hedonista llamado Tony Martin (Sosias en aspecto y actitud del Tony Manero de “Fiebre del Sabado noche”), que vive para el placer, comienza a ser acusado por una banda de moteros, según estos, Rockers, de ideología neo-nazi.
Pronto hacen acto de presencia para violar brutalmente a la joven novia del guaperas. Este, indignado, acude a pedir ayuda a sus amigos Karatekas para darles una paliza, en venganza, a esos malvados Rockers. Estos se toman la revancha, asesinando y violando a todo dios que se ponga por delante en su búsqueda de Tony Martin… sin embargo, nunca le destrozan el fardón coche (obviamente, porque no era propiedad de la producción, sino alquilado) que tanta envidia genera entre estos violadores.
El despropósito hecho película, y sin embargo, una soberbia y magistral clase de cómo mantener el ritmo de la acción en una película. Con la duración perfecta, y un montaje dinámico, aún habiendo tropecientas escenas cuyo fin es engordar metraje, es imposible aburrirse con esta película. Máxime, cuando los violadores del título no se andan con remilgos a la hora de hacer sus fechorías. Además cuenta con uno de los finales más impactantes (y absurdos) de la historia del cine.
Así, llegamos a conocer a la familia de Tony Martin, empatizamos con su madre impedida en una silla de ruedas, lamentándose de su condición, para que en el cenit de la película, los violadores entren en esa casa, y se encarguen de sacar las tripas a la criada, clavar unas tijeras de podar al jardinero o masacrar con metralleta a la anciana impedida y a su sexagenario marido.
Verla para creerla.
Curioso resulta el tema de los brazaletes en los brazos de los Rockers, con esvásticas que aparecen en los interiores, pero que desaparecen cuando las escenas son en exteriores, quedando los brazaletes con el circulo en el que van las esvásticas en blanco. Esto puede ser por la prohibición Alemana de exhibir en público las esvásticas, o para no sembrar el pánico con ese símbolo en la urbe Barcelonesa.
Otro dato curioso es, que en la banda sonora, como utiliza música de CAM, esta es la misma que suena en mogollón de películas de Pajares y Esteso. Una melodía súper reconocible.
Rodada íntegramente en Barcelona, con actores habituales del porno soft Europeo, la película está dirigida por un tal Paul Gray, en realidad el catalán Pau Grau, que reservándose un papelito como instructor de Karate en la película, en su filmografía, tan maldita e ignota como la película de la que es artífice,  cuenta con algunos trabajos como actor, pocos, eso si, algunos como director de producción y tan solo otro, además de “Los Violadores” como autor y director: “Sechs Schwedinnen auf der Alm”.
Una obra maestra en lo suyo, cuyo halo enrarecido y al borde de la ilegalidad, la convierten en una de las películas españolas más sugestivas de la historia.