A los fans, les hace mucha gracia esta película (realmente,
es graciosísima), pero a su director, Phil Tucker, no le hizo ni puta gracia la
recaudación de la misma, que hizo que se le vetara en Hollywood. Las
críticas del momento, le deprimieron tanto, que intentó suicidarse, incluso.
Conocido por realizar en su primer año como director de
cine la friolera de seis películas, otro tanto que se marcó este hombre, fue
el firmar el debut de Lenny Bruce, el trasgresor cómico de “Stand
up comedy”, titulada “Dance may Raquet”. Este realizó un guión de cine y
contrató a Tucker para que lo dirigiera. Tenía buenas referencias del director,
aunque este debutaba con esa película. Cuando la terminaron, se ve que no era
lo que esperaban.
En realidad, todas las películas que dirigió Tucker son
igual de malas, pero ninguna de ellas años después tuvo la relevancia y la
fama de “Robot Monster”.
Tucker como director era un autentico inútil, no era tan
ingenuo como para no darse cuenta de esto y dejó la dirección, pero como montador, resulta que la cosa se le
daba bastante bien, y a eso dedicó el resto de sus días, a montar películas y a
fabricar extrañas piezas de coche.
En cuanto a “Robot Monster”, supongo que la mayoría de
ustedes ya saben cual es.
Un Extraterrestre llamado “Ro-Man”, baja a la tierra a
cumplir unas ordenes muy precisas: Deberá activar el rayo que eliminará a todos
los humanos de la tierra, con la mala suerte de que una familia de científicos
que experimentan con ellos mismos, llevan en su sangre el suero que cura todas
las enfermedades, en consecuencia, esto les hará inmunes al rayo
destructor. Así pues, tendrá que
eliminarlos utilizando la fuerza bruta, cargándose en primer lugar a la niña
pequeña del grupo. Como se enamora de la hermana mayor de esta, sus planes se
truncarán, porque decide no matarla por amor, cosa que a sus jefes, les sentará
como el culo.
El final es de vergüenza ajena.
A ver: No creo que estemos ante una película tan mala, está
francamente entretenida, incluso bien rodada, y montada con solvencia. Es más,
cualquiera de las películas de ciencia ficción
serie b de aquella época, los años cincuenta, son infinitamente más
aburridas y están peor hechas que esta, y sin embargo tienen más prestigio,
valga como ejemplo, la espeluznante “El Monstruo Magnético”, en la que si que
hay magnetismo, pero ningún monstruo.
El tema está, y ahí radica su éxito, en que es rematadamente
estúpida y ridícula, y, sobretodo, el aspecto del “Robot Monster”: Un individuo
con un disfraz de gorila, al que le han colocado un casco de astronauta. El
verle caminar por el descampado (una de las cosas que más le vemos hacer
durante la película) es ver caminar a Don Pimpon.
Luego, aunque muy bien metido Tucker en montaje, quizás con
el fin de llegar a la hora de duración, se excede con las repeticiones de
planos, como aquella famosa en que el Ro-Man, cambia de sitio la antena de uno
de sus artilugios galácticos, sintoniza dios sabe qué, se da la vuelta
ortopédicamente y se acerca ante su “Skype” espacial… Eso sale tres veces y canta por soleares. Otra de las pifias que, igualmente, le han hecho
ganar el título de una de las peores películas de la historia, son las conversaciones
con su jefe, que son iguales TODAS, solo cambia el dialogo, los gestos, son
siempre los mismos.
Pero todo eso, el aspecto del monstruo y que en realidad se
trata de una peli hiper-mega-super divertida, la convierten en un producto del
todo entrañable (y a mí, cinematográficamente hablando, los años cincuenta me
parecen aburridamente infames) y comprendo el culto mundial que se le rinde. Es realmente memorable. Hay que verla.
Adjunto uno de los carteles elaborados por los fans, por
menos visto que el original, ese en el que bajo el casco de astronauta del gorila,
vemos una calavera que no aparece en toda la película.