En un edificio de huéspedes se siembra la discordia porque
uno de los inquilinos tiene un perro con muy malas pulgas. Uno de ellos va a joder al perro con un trozo de carne, y este le ataca. Tras esta agresión, los inquilinos van cayendo muertos y todo parece indicar que se
trata del muchacho violentado por el perro, que se ha convertido en can tras la
mordedura, aunque pronto saldremos de dudas en este embrollo.
La película es un coñazo; no va de perros asesinos como
parecen querer vendernos, no hay ramalazos de terror por ningún lado y es estúpida, pero tiene una cosa muy positiva en contraposición a todo
eso; el espectador no logra empatizar con nadie, y es que
no recuerdo película con personajes más antipáticos que los de esta
casa de huéspedes. A cual más cabrón y más hijoputa.
Dato totalmente intrascendente y que a mí me hizo especial
gracia: Tras atacar el perro al
muchacho, uno de los inquilinos dispara al animal, provocándole la muerte,
alegando que estaba rabioso, lo que hace encolerizar al dueño.
El casero solo deja tener un perro en todo el inmueble, por lo que
el que ha matado al can, corriendo compra un cachorrito para que el dueño del perro cabreado no pueda comprarse otro, solamente por joder, porque son todos más malos que el demonio y básicamente, se putean unos a otros
durante todo el metraje, que es lo único bueno de la película y lo único que vamos a ver, porque la poca chicha
que tiene, no la gozamos hasta bien entrada la hora, y cuando hace acto de presencia es del todo decepcionante.
Lo dicho, pura basura que quizás entre amigos se disfrute un
poco más y ni así.
En el reparto tenemos a un decadente Aldo Ray en un
insignificante rol, y un buen puñado de actores de tercera, que ni para sobreactuar sirven, aunque lo hagan a conciencia.
En la dirección, Robert A. Burns, uno de estos
señores que lo mismo sirven para un roto que para un descosido y que , habiendo
hecho un montón de tareas técnicas de mogollón de películas conocidas, destaca
su faceta como director de arte en cosas como "La matanza de Texas" original (y del cuento vivió hasta su fallecimiento), “Re-Animator”, “La masacre delmicroondas”, “Mausoleum” o “No vayas cerca del parque”.
Sin embargo, como director, esta es su única película, cosa
que, por otro lado, no me extraña en absoluto.