Gracias a Ordel, me agencio una copia de esta película de
sugerente título. “Fuerza Mortal, Cazar al negro”, que el mismo Boulois dirige
e interpreta, cuya carátula había visto en el video club millones de veces,
pero que, por lo que fuera, nunca alquilé, y que cuenta algo ya muy trillado en
el cine como es el tema de la caza humana. Desconozco la trascendencia que
pudiera tener la película en su momento, pero catorce años después se estrena
la película de Ernest R. Dickerson, y con Ice- T de protagonista “Juego de
supervivencia”, que si no se trata de un remake de la de Boulois, es un
absoluto plagio. Lo mismo, pero pasado por el tamiz de la movida madrileña,
podríamos decir de la película “Poppers”.
Así que, por lo que a mí respecta, y si ustedes no me dicen
lo contrario en los comentarios, conocedores de alguna referencia anterior,
“Fuerza Mortal, Cazar al negro”, sería la primera referencia que yo tengo sobre
las películas de cacería humana, y no me vale que mencionen el relato “The most
dangerous game” que no incorpora el componente racista de estas.
Conocida internacionalmente con los títulos de “The Big
Game” o el delirantísimo “Mad Mex: The Black Fighter” que titularía algún
avispado distribuidor que por los atributos casi tercermundistas de la
película, consideró que debía ser Mexicana, la película, Hispano- Francesa, cuenta
la historia de un ex combatiente de
vietnam que por su condición de hombre negro es requerido por una organización
que tiene la costumbre bárbara de soltar a un negro en el campo y darle caza,
previo aliciente de darle un millón de dólares si consigue escapar.
Como se trata de un hombre preparado, pronto logra escapar,
y al ir a recoger su millón, que está en una consigna de la estación de
autobuses, por desconfianza, envía a su amigo a sacar el dinero, el cual
morirá, al tenerle preparada una trampa; estalla una bomba.
Es el momento, para que el negrazo se vengue de esta
horrible gente que caza negros.
La película, llena de carencias, como no es raro en
películas de esta índole, resulta no obstante, tremendamente entretenida y
poseedora de un ritmo absolutamente
endemoniado, amén de una trama de lo más fardona que hace disfrutar de toda la
película durante sus escasos ochenta minutos, en los que Max H. Boulois se va
cargando a un buen número de blanquitos cabrones.
Accidentalmente, por maneras, la película se convierte en
uno de los pocos “Blaxploitation” producidos en España – en los posibles
“Blaxploitation” restantes, también andaría por detrás Max H. Boulois-,
haciendo la película alarde de la chulería, el macarrerío y el carisma de una película perteneciente al sub-género.
No deja de parecerme curioso el contraste entre interiores y
exteriores siendo los primeros, pequeños sets de rodaje mal decorados, espacios
súper reducidos en contra posición a los exteriores de New York o Florida,
donde, con dos cojones, el equipo de filmación rueda en plan guerrilla, sin
permisos, y explotando los escenarios reales hasta la extenuación; el 45% de la
película, son largos planos de Max B. paseándose por las calles de New York,
filmados en plena calle o desde alguna azotea, mientras este corre de acera a
acera, aunque no haya coches, y donde suena su propia música disco. Y eso mola
que te cagas.
Por otro lado, el megalómano millonario que quiere darle
caza, no vive de forma tan lujosa como cabía esperar, y su aspecto canta a
paleto de pueblo, por mucho que quiera hacérsele pasar por americano, igual que
al resto del reparto, Virginia Mataix incluida, que cantan a españolitos
setenteros que da verdadera risa.
Del megalómano, he memorizado un diálogo (sin replica) en un
momento crucial de la película: “Dice usted que el negro se asemeja al jabalí:
poco inteligente y solo peligroso cuando está herido. Pero yo creo que el
negro, indudablemente, es el rey de la selva. Es el único animal que puede
llegar a pensar como un blanco, e incluso, anticiparse a nuestros movimientos”.
Un discurso tan exageradamente racista –y escrito por un negro- que lejos de
consternar al espectador, le llena de hilaridad. Pero es un discurso lo
suficientemente efectivo como para que cojamos tirria al millonario, y deseemos
con todas nuestras fuerzas que el negro lo mate pronto.
En resumidas cuentas, una joya del “Euro trash”, del
“Explotation”, del “Blaxplotation” y todo con producción española, y actores
de, no ya tercera, si no cuarta categoría. Un incunable.
Boulois, tras este estreno tras la cámara rodó dos películas
más “Othello, el comando negro” y “Asalto al casino”, además de intervenir como
actor en joyas del “Trash” hispano como puedan ser “Dinero Maldito” o la
ilocalizable e ignota “Cabo de Vara”, del no menos interesante Raúl Artigot.
Junto a Max H. Boulois en esta película, aparecen Tom Hernández (“Tunka, el guerrero”), Virginia
Mataix (“Pareja enloquecida busca madre de alquiler”)o William Anthom
(“Profesor Eróticus”)
De lo mejor de la serie Z española que podemos echarnos a
los ojos. Y Max B., mola de cojones.
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