Brett Piper es un personaje del todo singular. Algunos lo calificarán de "cineasta ultra-independiente" por aquello de que lleva desde el ya lejano 1982 pariendo largometrajes de bajísimo presupuesto en, básicamente, el patio trasero de su casa. Pero, vistos los resultados, yo lo llamo "un amateur muy ambicioso", alguien que se curra películas caseras de "alto standing" pero que, en esencia, siguen siendo caseras, repletas de lo que es la especialidad del Sr.Piper, los efectos especiales de tirón artesano. Stop-motion, maquetas a porrillo, pinturas "mate", etc, etc. De hecho, solía presumir de ser uno de los pocos creadores que aún no había sucumbido a los efectos informáticos... hasta hace poco (¿nos lamentamos?). Pero antes de eso, el amigo tuvo tiempo de parir un buen puñado de largometrajes que, así de lejos, pintan cojonudos (... de muy lejos), y lucen títulos tan atractivos como: "Mysterious Planet", "Mutant War", "Drainiac", "Psyclops", "Arachnia", "Shock-O-Rama" o "Bacterium" (sin olvidar sus legendarias colaboraciones con los Hermanos Polonia). Hay dos momentos álgidos en la carrera del muchacho, uno, cuando la Troma adquirió su película "Dark Fortress", la rebautizó como "A nymphoid barbarian in dinosaur hell" (ahí, ahí, Lloyd Kaufman alardeando de su intachable gusto y respeto por el material que maneja) y la lanzó a voltear por medio mundo (en España se tituló "Ninfa Bárbara" y, ya que estamos, es del todo lamentable) y, dos, cuando otro piltrafilla de la serie Z como es Sam Sherman le compró una cosa de zombies y niños repelentes titulada "Dying Day", la masacró, puso su nombre como director (relegando el de Piper a responsable de FX) y la estrenó como "Riders of the living dead" (en España "Guerreros del más allá", pueden leer sobre ella en nuestro pest-seller). Entre toda esta orgía de caos y cine chungo está "Galaxy Destroyer", otra de las poquísimas obras de Brett Piper aterrizadas en nuestros video-clubs que, pa la ocasión, conserva uno de sus títulos originales (el otro es "Battle for the lost planet", como bien ilustra el cartel yankee que les he puesto por aquí cerca). Curiosamente la caratula del VHS, además de lucir un par de imágenes mangadas (la rubia y el pseudo-Flash Gordon), no lleva el nombre del director por ningún lado (menudo gafe, por dios). En concreto la epopeya está fechada el año 1986 y merece que le dediquemos unas cuantas líneas porque no tiene desperdicio.
Harry Trent, espía, ladrón industrial y golfo, escapa de los malos agenciándose una nave espacial por la patilla. Al abandonar la atmósfera terrestre, se cruza con un porrón de artilugios marcianos que se dirigen a nuestro planeta para invadirlo. Harry es testigo del saqueo, pero no puede hacer nada, solo pasarse cinco años y pico flotando hasta que la misma gravedad del planeta azul le arrastre. De nuevo en tierra firme, conocerá a un puñado de supervivientes a los que se unirá
para acabar con los invasores -que viven instalados en nuestro globo y tienen a los humanos esclavizados- gracias a una oportuna super-bomba. Por el camino, se asociará con un pseudo-"Mad Max 2" con cara de Stallone y que opina que "Las mujeres no necesitan ser inteligentes, pensar demasiado les perjudica", se colocará fumando con un ermitaño drogadizo y se enamorará, además de poder pegarse el gusto de soltar algunos chistes y chascarrillos porque, ahí donde la ven, aún siendo una de aventuras y ciencia ficción seria, "Galaxy Destroyer" tiene su -no muy afortunado- lado humorístico (tal vez el gag más llamativo caiga justo al final del todo).
Si has leído a fondo todo lo expuesto hasta ahora, y tienes en cuenta el año de producción del film, es fácil deducir que "Galaxy Destroyer" es bastante cutre. Rodada en 16mm, con momentos de cámara al hombro estéticamente no muy coherentes con el espíritu de la obra, algunos planos desenfocadillos y más amigos del dire que actores profesionales, lo que abunda durante el metraje son los efectos artesanos, maquetones (ojo a las ciudades destruidas durante el ataque marciano), monstruos a base de stop-motion, maquillajes bastante chapuceros (los invasores son muy patéticos, sobre todo por esa nariz con forma de polla), trasparencias y pinturas algo cantosas. Pero se puede perdonar porque todo ello chorrea mucho encanto (mi parte favorita son las escenas que se desarrollan en el espacio. Según el director, Mercurio está habitado por una especie de tortuga-araña). Lo imperdonable es que, pa variar, donde más hace aguas "Galaxy Destroyer" es en su ritmo, su tempo, y lo incapaz que se muestra el dire de que el pitote nos distraiga y entretenga un mínimo. Vamos, que es un poco chapas, pero con algo de paciencia, comprensión, compasión y sentido del humor, se puede soportar bien.
Entrañable a su manera.
Gracias a Mr.Pajarillo por el préstamo.