jueves, 26 de diciembre de 2013

LA BAHÍA ESMERALDA

Jess Franco siempre decía que “de vez en cuando hay que hacer una película de las otras, para que vean que sabes hacerlas”. Cuando decía “de las otras” se refería a películas convencionales con su planteamiento, nudo y desenlace. Y obviamente, a pesar de lo que muchos pudieran pensar, sabía hacerlas. Muy básicas y aburridas, como las puede hacer un negado sin talento,  pero sabía.
Personalmente, son estas películas convencionales las que menos me interesan de su filmografía, porque pelis malas, las hay a puñados, y estas ni tan siquiera son tan, tan malas como para tenerlas en cuenta. Pero como curiosidad, como siempre digo, si que funcionan.
“La Bahía Esmeralda” sería una de estas películas.
Si las películas de Franco más convencionales no fueran las que menos me interesan, la verdad que hay que reconocer que cuando más en forma estuvo el abuelo, fue en la etapa comprendida entre el cine porno y justo antes del apadrinamiento de “Subterfuge”, es decir, finales de los ochenta, que es la etapa en la que trabaja para  René Chateau y hace “los depredadores de la noche” y para Daniel Lesoeur y “Eurociné” y se saca de la manga “El hundimiento de la casa Usher”, “Operación Cocaína” o esta “La Bahía esmeralda” que como ya he dicho, serían sus películas más convencionales y las que dejarían algo de dinero en tierras extranjeras.
“La Bahía Esmeralda” se estrenó en nuestros cines, distribuida por U.I.P (en aquellos años, esta empresa estrenaba, de tapadillo, montones de películas que les pudieran dejar perdidas. Rollos fraudulentos que se traían) y recuerdo perfectamente los posters en la marquesina, o, discretamente, en alguna revista de cine, que la hacían pasar, perfectamente, por un estreno norteamericano no muy grande.
Cuenta la historia de un país de Sudamérica (aunque está rodada en Tarragona) que está a punto de entrar en una guerra civil, y mientras que el presidente intenta por todos los medios poner una solución a esta situación, el corrupto Coronel Madero, hará mil y una tropelías que llevarán al país directamente al garete.
Una peli con sus tiros, sus persecuciones, su ritmo y, como no, sus imágenes de archivo.
Dentro de la filmografía de Jess Franco, tampoco sería lo más aburrido; sin ser esto la panacea del entretenimiento, está hasta distraidilla. Sería una película digna, incluso. Pero dentro de las películas convencionales, hay miles de millones mejores que esta, que está, en muchos aspectos y para ser del tío Jess, incluso cuidada.
Pero no es ese el motivo por el que  no hay que tenerla muy en cuenta. El motivo es, que al ser una película de encargo, con un guión ajeno (lo firma Lesoeur) y que Franco se limita a rodar el material que le han ordenado, lo que trasmite la maldita película es que Jess se está aburriendo haciéndola. Es todo tan correcto, tan académico, que se echan en falta todos esos zooms y desenfoques habituales de Jess Franco, que por momentos parece que vayan a hacer acto de presencia. Y sin embargo, no se muy bien por qué, tiene ese tufillo inconfundible a lo Jess Franco, lo que la convierte en una película muy rara. E interesante para tener en la videoteca (por menos de eso, tengo pelis peores).
El reparto, como siempre que Jess trabajó para “Eurocine”, “de Campañillas”: Robert Forster, George Kennedy, Fernando Rey, Silvia Tortosa, Craig Hill, además de Mayans, Lina Romay y el propio Franco. Pero la curiosidad está en que la película cuenta con la presencia de Ramón Sheen (no confundir con Ramoncín) ahora más conocido como Ramón Estevez. Y que trabajó en más ocasiones para tío Jess. No hace falta ser muy listo para saber de quien se trata. Efectivamente, es hijo de Martin Sheen y hermano de Charlie Sheen y Emilio Estevez, que además de para Franco, también trabajó para José Antonio de la Loma en “Pasion de hombre”, y ahora mismo se dedica a producir ejecutivamente la nueva serie para lucimiento de su hermano Charlie.
“La bahía Esmeralda”, junto con “Los depredadores de la noche”, es lo más parecido que nos dio Franco a una película de verdad, y ya solo por eso, yo creo que merece la pena echarle un vistazo. Pero si el cine de Jess se limitara a esto, hace tiempo que habría dejado de interesarme.
No obstante, la ultima etapa, la del vídeo y el chocheo –en todos los sentidos-, me sigue pareciendo la mejor y la más interesante.