Cuando en su momento escribí la reseña de la simpática "Wishmaster", comenté que la idea de un genio cuya función era conceder deseos tergiversados, para que se volvieran contra el "pedidor", me parecía cojonuda y no me sonaba haberla visto con anterioridad. Pues bien, en realidad les estaba mintiendo... solo que, entonces, no lo sabía. Ese mismo concepto también lo aplican en "The Lamp / La lámpara". No igual, no con la misma gracia y tampoco como parte esencial de su escuálida trama, pero sí, nos presentan un genio cabrón y muy mal intencionado. Y el caso es que la había visto muchos años antes que "Wishmaster", alquilada en vídeo, pero no la recordaba, cosa esta que, una vez revisada recientemente, no me sorprende ni lo más mínimo.
Una lámpara mágica que poco tiene de maravillosa, cae en las zarpas de los arqueólogos de un museo tras haber cometido unas cuantas calamidades. La hija de uno de estos queda medio hipnotizada por el objeto, tanto es así que el bichejo que lo habita la posee y aprovecha las circunstancias para convencer a sus amigotes de pasar la noche en el mismo museo, que poco tendrá de divertida y festiva y sí mucho de terrorífica (al menos para ellos, se entiende).
Parida el año 1987, "The Lamp / La lámpara", conocida también como "The Outing", ocultaba su condición de terror adolescente de saldo tras una caratula más que llamativa y efectiva (la misma que aquí les dejo). Por lo demás, pues mucha mediocridad y un puñado de anti-virtudes notorias de entre las que destaca su actriz protagonista, la pelirroja Andra St. Ivanyi, que dejaría la interpretación para ponerse a escribir, faceta esta que le ha ido bastante mejor (no cuesta nada localizar su Twitter y ver cómo se conserva de bien hoy día). El caso es que hizo lo correcto, porque como actriz es de lo más incapaz, sobre todo cuando interpreta a una adolescente tardía vestida en plan drama-teen de John Hughes poseída por el genio malvado de una lámpara. Ya de chaval me irritaba su careto. La otra noche me irritó algo menos, pero seguía resultado bastante inufrible. Tampoco el director, Tom Daley, hizo nada más -en esa faceta- tras "La lámpara". Una película repleta de "One Hit Wonders", si es que podemos considerar "wonder" a esto.
Sí, hay algunas muertes truculentas, aunque no mucho. Sí, hay efectos especiales de la vieja escuela. Sí, hay un monstruo animatrónico que sale hacia el final y, sí, está la efectiva escena de la momia que revive y de un muerdo le arranca los dedos a un infeliz. Pero todo se queda ahí, lo demás no es que brille demasiado, sobre todo ciertas incongruencias de guión, como ese "ahora estoy poseída, ahora no lo estoy, ahora vuelvo estarlo..." de la prota, por mentar alguno.
"The Lamp" es una mediocre muestra de terror ochentero absolutamente olvidable... pero la verdad es que tampoco me hizo trallar, ni me aburrí mortalmente... no sé qué creer, puede que influyera mucho la nostalgia y el hecho de que la viera en su formato videográfico, así que no se fíen mucho de mis buenas impresiones, tomen más en consideración las otras.