Mientras veía “Blood Shot”, con todo ese rollo “chaning” de “Vampiros contra Talibanes” y demás, por
un lado me repugnaba el rollo “cool” que destilaba la película, y por otro,
viendo lo absolutamente comiquera que es, pensé, que igual estaba basada en
algún cómic, y buscando info, descubrí que hay uno titulado “Bloodshot” y cuyo
protagonista es una suerte de humanoide con aspecto extraño y que porta sendas
pistolas en las manos, igual que nuestro “Nosferatu”, pero no tiene nada que
ver con la película, más allá de la inspiración o, yo diría, el posible plagio.
Se trata –una vez más- de una película cuyo director se ha
basado en su propio cortometraje. El director Dietrich Johnson, rodó en 2002,
un corto con la misma premisa y tras conseguir algo de dinero, tres
millones de dólares (lo que para una producción yankie es una mierda), decidió
rodar a lo grande el largometraje. Una cantidad que no está mal para una
película independiente que tras ser estrenada en un par de festivales, acabará
en las estanterías de los video clubs (que en USA, todavía de usan (ja!)), pero
que me hace pensar lo muy en crisis que está el sector cinematográfico en
general, cuando en una película, más o menos barata, se cuenta con la presencia
de viejas glorias (como pasaba en “Sanitarium”) y lo bajos que han de estar sus
caches, porque el resultado final de la película, tampoco dista demasiado de
algo un poco más sofisticado. Aquí tenemos a Brad Douriff, absolutamente
desternillante como lider terrorista Islámico (hay que recordar, que aunque
Douriff se hizo popular poniendo la voz a un muñeco, iba para actor de carácter
tras “Alguien voló sobre el nido del cuco”), tenemos a Lance Henricksen como
jefe de la organización Gubernamental
anti-terrorista, y tenemos a Christopher Lambert como Presidente de los
estados unidos.
Lo primero que destaca de la película es el ritmo. Muy
dinámica, no en el sentido “Videoclipero” de la palabra, aquí hay pocos planos,
no como esas cosas que te meten 100 planos por segundo y no te enteras de nada.
Es arrolladora, empieza con acción, sigue con acción y termina con acción, y
aunque entre escena y escena hay otras tantas con diálogos, estos no son
eternos como suele pasar en las películas de
presupuestos similares. Eso sí, la sangre, que hay mucha y muy fluída,
es en C.G.I. barato, y yo odio el C.G.I., y más aún si este es barato.
Por otro lado, eso de “Nosferatu” cargándose a terroristas,
es demasiado postmoderno para mi gusto, muy de “Grindhouse” (de este pasa
subnormales), y el visionado lo comencé con asco, pero según avanzaba la
película, por el estilo, me di cuenta de
que el director no trataba se ser tan chanante como Robert Rodríguez y demás,
si no que estaba haciendo una película totalmente comiquera, como ya he dicho
antes. A parte de ser completamente deudora de la “Acción fantástica” de los
noventa. No hay mucha diferencia entre “Blood Shot” y el primer “Blade”.
Por otro lado, habrá quien detecte, en su visionado, sutiles
toques de comedia negra, y más en lo concerniente a las escenas de los
terroristas. Y es que en realidad, la película trata de ser una comedia, discreta,
pero comedia al fin de al cabo, Y creo que el director, consigue todos sus
propósitos.
Lo bueno es que la película, es lo que es, no pretende ser
algo que no le corresponde, y encima hay
que reconocerle a la autoría cierta originalidad.
Lo malo es que no es ni entretenida del todo, ni aburrida
como para desecharla. Dejémoslo en interesante. Y en “fast food”.
Así mismo, mientras escribo esto, yo no se si la película me
ha gustado o no. La vi, la seguí con interés, acabó y me quedé igual.
Pero desde luego, no es una mierda infecta como cabía
esperar.
Mi veredicto es que es rara e interesante, y que no pasa
nada por que la descubran.