La explosión combinada de tres estrellas (es decir, un trío de supernovas) crea un arco dimensional en la tierra por el que se cuelan toda suerte de ovnis, marcianos, robots y monstruos peleones. Una empalagosa familia, que pasa el finde en una casa situada en pleno desierto, se verá salpicada por tan extraño fenómeno cósmico y tendrá que sobrevivir a ello, cueste lo que cueste.
A Charles Band siempre le ha tirado mucho eso de la ciencia ficción y la fantasía, más que el terror propiamente dicho. A lo largo de su carrera, ya sea como director o productor, podemos encontrarnos muchos títulos que encajarían abiertamente en la/s etiqueta/s. Cosas como "El rayo destructor del planeta desconocido", "El último día del mundo", "El amo del calabozo", "Zone Troopers", "Torok, el troll" o aquel enigmático "The Primevals", son prueba fehaciente de ello (incluyan más o menos violencia, más o menos destete). También es cierto que era un tipo de cine por el que apostaba más a los inicios de su extensa y prolífica trayectoria, durante los aún inocentes años setenta, antes de que Hollywood inventara e impusiera los "blockbusters" y se apropiara casi definitivamente de este tipo de temáticas. "Explosión Galáctica" ("The day time ended" en v.o.) cumple con todos los requisitos. Producida el año 1979 (dos después del boom "Star Wars"), con Band parapetándose tras un ególatra "Charles Band Productions" (no faltaba mucho para que construyese su "Empire"), y cuando el público aún estaba dispuesto a consumir espectáculos baratos paridos a base de actores en decadencia y efectos especiales artesanos. ¡Qué tiempos aquellos!.
Y es que, encima, "Explosión Galáctica" es puro cine familiar de su época, pensado para toda la prole (si es que existe una que pueda tragarse esto entero de un tirón y sin pestañear), lo que significa cero violencia, cero mala leche, cría mona en el reparto y unos peinados y ropajes escalofriantemente ridículos. Los intérpretes se pasan media peli reaccionando a un montón de cosas que ocurren fuera de campo (rara vez comparten plano) y los efectos, toscos pero inevitablemente encantadores, tiran de “stop-motion”, maquetones, animación, muchos rayitos de colores y unos cuantos “mate paintings”. Tras ellos se ocultan personajes eternamente ligados a las fechorías de Charles Band como David Allen y tantos otros que terminarían haciendo carrera en el cine más "mainstream" como Jim Danforth, Randall William Cook, Lyle Conway o Peter Kuran (quien había currado en "Star Wars" y repetiría en sus secuelas). También, dentro del equipo de sospechosos habituales, localizamos a Ted "Terrorvision" Nicolaou en el montaje, David "Trampa para turistas" Schmoeller como co-guionista y... ¡claro!, Richard Band componiendo la agotadora fanfarria.
En el reparto, un par de viejas glorias: Jim Davis (habría que ver si lo de "vieja gloria" encaja en la filmografía de este señor, famoso por interpretar al patriarca de los “Ewing” en la serie "Dallas". "Explosión Galáctica" fue su última peli) y Dorothy Malone (de lustroso pasado y que terminaría sus días en películas como "Descanse en piezas"), acompañados por el legendario Chris "mecomoloquesea" Mitchum y... otros que no conozco y sobre los que tampoco tengo intención de informarme.
El director, John "Bud" Cardos, es todo un personaje del que ya había hablado con anterioridad. Resumiremos la historia comentando su pasado como ex-“stunt man”, ex-colaborador de Al Adamson, eventual "Director sustituto" y responsable, por encima de todo, de una peli tan maja como "¡Tarantula!". También son suyas "Mutant", "The Dark" y "Acto de piratería".
"Explosión Galáctica" es una tontería como un piano, bastante aburrida. Pero claro, es de aquellas pelis que el paso de los años ha terminado beneficiando, aunque solo sea por su condición ingenua, bien intencionada y artesanal. Al final, como todo buen producto (o subproducto) destinado a padres, hijos, abuelos y animales domésticos, tenemos moraleja, una muy de allí: La familia es lo primero... da igual si es en esta dimensión o en otra, la cuestión es que, si la tienes cerca, todo irá bien y será maravilloso. Pues bueno.