viernes, 13 de junio de 2014

LA RESIDENCIA

“La Residencia” es una de esas películas que vi por primera vez en un pase televisivo de dos rombos, de los que veía desde la puerta de mi habitación a hurtadillas a la edad de 8 o 9 años. Y han pasado los suficientes años como para, por un lado no acordarme de ni uno solo de sus fotogramas y por otro, decidirme a vencer la pereza que me daba  volver a verla.
Y es que su fama de “una de las mejores películas de terror españolas” era un pesado lastre. Pues ha superado la prueba de los años con creces. Se trata de una grandísima película de terror española, efectivamente de las mejores. Y la única pega que puedo ponerle, es que, quizás peca un poco de ingenua – desde el primer momento nos hacemos una idea de quien puede ser el asesino- pero esa ingenuidad viene dada por una cuestión de fechas más que por cosa de la realización. Me imagino el impacto que causaría esta película allá en 1969.
Cuenta la historia de una jovencita la cual es ingresada en una residencia para señoritas conflictivas regentada por una tirana que siente un gran desprecio por ellas. La mano derecha de la directora, que atormenta al resto de las internas, y el hijo adolescente y salido de la misma, cumplen un gran papel en la historia. Un buen día, alguien comienza a asesinar a algunas de las chicas. Nadie quedará libre de sospecha.
Y es que la grandeza de la película, más allá de la historia, que tampoco es que sea algo del otro mundo, radica en todo lo concerniente al diseño de producción, la ambientación, la atmósfera, el rollo gótico y  el suspense. Amén de la dirección de Chicho Ibáñez Serrador, perfecta, y que se marcó un par de  hitos en la historia del cine español, como ese primer asesinato con planos superpuestos –y flores empapadas en sangre- a cámara lenta, que es ya todo un referente, por no hablar del retorcido final al que, por otro lado, se lanzan guiños al terror clásico y al contemporáneo, más concretamente a “Frankenstein” y a “Psicosis”.
Lo que pasa es que se rodó en un año complicado, y la tijera de la censura no deja que disfrutemos de la película en toda su sordidez, pues quedó fuera de metraje un buen tanto por ciento de escenas sangrientas, y aún así, la película resulta escabrosilla.
Con una clara retirada a las producciones de la “Hammer”,  desde luego, le da mil patadas a cualquier obra del “Fanta-terror” español,  quedando Chicho muy por encima de todo lo que hizo Paul Naschy, todo lo que hizo Eugenio Martín, todo lo que hizo Amando de Ossorio… en definitiva, que Chicho SI era un gran director. Lástima que luego le echó más horas al “Un, Dos, Tres” que a cualquier otra cosa, y tras rodar la también cojonuda “¿Quién puede matar a un niño?” se quedó por el camino un gran director de cine.
Poco más que decir, un clásico, una gran película, una pionera, un éxito internacional con ediciones en DVD, sin duda, mejores en el extranjero que en España, y que cuenta en su reparto con las presencias de Lilly Palmer (“Los niños del Brasil”) Cristina Galbó (“No profanar el sueño de los muertos”, “El Sexo Ataca”), Teresa Hurtado (“En busca del huevo perdido”), Víctor Israel y John Moulder- Broewn (“El circo de los Vampiros”)
Muy buena.