La película es una absoluta bazofia, una sucesión de escenas
sin casi conexión, un argumento inexistente y un montón de escenas de carreras
de coches, de carreras de lanchas motoras e incluso de gente practicando
rafting, que se antojan dinámicas, pero que convierten el conjunto en algo
aparatoso y tedioso. Entre medias, unos jóvenes que pasan la treintena, bailan,
disfrutan de la vida e, incluso, las chicas son violadas o maltratadas sin
venir a cuento. Puro delirio… no necesariamente divertido.
La película fue un caos financiero absoluto. Rodada en las
costas de esos exóticos países que producían, casi sin dinero, José Ulloa se
tenía que ir de los hoteles donde se alojaba por falta de pago. No tenían un
duro. Bien, Ulloa, debe saber que su película era una cosa muy mala y
chabacana. Pero, siendo el director, no es su culpa que el resultado sea así de
mierdero. Es del bajo presupuesto.
Me hace mucha gracia que cada vez que algún director hace
una película fallida –por no decir que hace una puta mierda- este se excusa
diciendo que es que la película apenas tenía presupuesto. Jamás pone en duda su
talento. Yo lo hago muy bien, pero la falta de dinero llevó la película al
traste. Mis cojones. Por esa regla de tres, cualquier película de bajo
presupuesto sería una basura, y no es así, hay mogollón de películas buenísimas
que se rodaron sin un duro. Porque si hay talento, el dinero es lo de menos.
Pero si no lo hay… dudo que si hubiera habido un millón de Euros para rodar
“Juventud sin freno” esta hubiera sido mucho mejor.
La misma “Andalucía Chica” –Dios me libre de decir que esta
película es buenísima- del propio Ulloa, es infinitamente más competente que
esta… dentro de los parámetros de lo ínfimo y lo deleznable, pero con ese
encanto que hace ser buenas a las malas películas. Pero “Juventud sin freno”
(estúpido título) es inenarrable, técnica y artísticamente, seguramente, y con
esto tampoco digo gran cosa, sea la peor película de José Ulloa. Y aún teniendo
consigo, con todo ese rollo del maltrato y la violación gratuitos, papeletas
para ser una peli “mala pero buena”, está servido todo con tal incompetencia,
que ni para ver con los amigos en plan risas sirve. Lo que a su modo, la
convierte, también, en una pieza única. Aburrida, sosa, incoherente y
chabacana, la estás viendo y estás tentado de darle al avance, o incluso,
quitarla, pero es única. Que sea única, por supuesto, no quiere decir que
merezca la pena tenerla en la colección, o verla más veces. Incluso, me planteé
seriamente si dedicarle una reseña o no, porque salvo decir que es
extremadamente mala, no se me ocurría que más decir sobre ella. Pero al final, si
se ha podido escribir algo sobre ella. Y es que hay ciertas películas que han
nacido para que cualquier cabrón frustrado, sin talento, que como no ha servido
para hacer cine tiene que enfocar su ira hacia los demás (algo así me dijo
alguien del circulo del señor Ulloa –al que por otro lado respeto
profundamente- en los comentarios de “El refugio del miedo” cuando osé a dar mi
opinión como espectador) las ponga a parir en su blog. Y eso, al final, es algo
muy grande. De hecho, prefiero mil veces las malas películas y los malos
directores a los considerados buenos directores y buenas películas, porque esos
me dejan indiferente. Y Ulloa, nunca lo hace. Por malo, eso si.
En el reparto tenemos a Jorge Rivero, clásico actor del cine
Méxicano de pipas (“Trampa Mortal”), Verónica Miriel (“Perros Callejeros II”,
“La nueva Marilyn”, “El jovencito Drácula” “¿Y ahora qué, señor fiscal?” o “LosCantabros”) y Dan Forrest (“Andalucía Chica”, “Cazar al negro”).