sábado, 6 de septiembre de 2014

SOCIETY

Por extraño que suene, "Society" es una película incluso con cierta reputación entre el "fandom". Claro que cuando hablo de "fandom", me refiero a la generación crecida y educada durante el apestoso boom de los apestosos 90´s. De ahí que cuando mantengo charlas amigables con especímenes de esa clase, en cuanto a nuestros títulos favoritos del género por el que compartimos amor e interés, "Society" es siempre uno de los que más chirrían (y no me sean quisquillosos, que fue parida en 1989). Ellos le ven algo especial, yo no. El caso es que hace unas noches decidí darle una nueva oportunidad, tras años de tenerla metida en el más lúgubre calabozo de mi pequeño y bulboso cerebro. Pasar por semejante experiencia ha inspirado el siguiente aporreamiento teclil.
A pesar de su condición de triunfador y su atractivo físico, Billy es infeliz, se siente a disgusto con su familia, a la que ve hacer cosas tan raras como practicar aparente incesto o deformar sus cuerpos cual plastilina. Pero, ¿es él que pasa una crisis existencial o hay algo de verdad en ello?. Con la ayuda de algún que otro amigo se decidirá a desentrañar el misterio, aunque le conlleve un susto de los gordos... y no cabe ninguna duda de que se lo llevará, uno de bien pringoso.
Bien, partamos de la base que mientras considero a Brian Yuzna un buen productor (como demostró en sus primeras colaboraciones con Stuart Gordon), como director me parece un patata. Las únicas pelis suyas que tolero son "El dentista" (donde, no porque si, volvía a colaborar con Gordon) y su capítulo en la antología "Necronomicón". ¿El resto?, alimento pa las focas. Especialmente esas horrendas secuelas - 2 y 3- de "Re-Animator" y toda su trayectoria por las Españas junto a aquella casa de putas y drogas que fue la "Fantastic Fucktory". Y "Society" no me hará cambiar de opinión, amigos y amigas.
Está claro que pa debutar en la dirección el muchacho quería epatar, sorprender con algo diferente, algo que guardara ciertos vínculos con el espíritu gamberril y provocador de sus primeras colaboraciones con su amigo el gordo(n), de ahí que en lugar de parir una de terror al uso, o algo fácilmente etiquetable, apostó por un film aparentemente distinto, raro, un perro verde, una cosa que arranca como thriller, como fábula de suspense, y termina de modo grotesco y chocante. Podemos llamarla comedia, podemos llamarla horror, podemos llamarla de muchas maneras pero de ninguna en concreto. Ese es el espíritu de las obras que rompen, que no se acomodan, que destruyen conceptos. Yuzna contaba con los ingredientes necesarios, pero fue incapaz de mezclaros y cocinarlos debidamente. Más allá de sus cuatro aspectos delirantes, el 80% de "Society" se desarrolla como un puto telefilm, plano, insípido, sin alma, tanto estética como narrativamente. Y si la supuesta transgresión reside en echar mano de la cansina cantinela de “los-ricos-son-malos-los-pobres-son-güenos”, pues apaga y vámonos. ¿Por qué siempre se raja tanto de la gente adinerada cuando, al final, todos soñamos con estar en su privilegiada posición?. Ridículo.
Otro problema que tiene "Society" está en su estructura. Es decir, nos tragamos hasta 75 minutos de exposición, para que al llegar al final, ¡PAF!, nos llevemos la sorpresa, el despliegue de grotesquerías y efectos especiales (tampoco demasiado logrados). Claro, eso, en formato corto, o como parte de una serie de historias fantásticas o un largometraje compuesto de distintos capítulos (o un chiste), pues estaría bien, pero en un largometraje, la cosa se hace pesada y te deja con la sensación de "¿Tanto rollo pa esto?".
En cuanto al personal implicado que compartió creación y esnifamientos con Yuzna, no hay mucho donde rascar. Por encima de todos destaca Screaming Mad George, hombre de trucajes con pasado punko (su curiosa banda se llamaba "The Mad") que durante los 90 se erigió como el especialista en cosas raras y grotescas. Incluso solía destacársele en ese sentido allá ande metía la zarpa, caso de este "Society", donde sus efectos son pomposamente calificados de "surrealists". Y es que de eso iba el amigo George, de surrealista o, lo que es lo mismo, de -mal- imitador de Dalí. Esa supuesta capacidad le hizo destacar y -como no podía ser de otra manera- le convirtió en un genio con fecha de caducidad. Naturalmente, a poco que dejamos atrás el deprimente terror noventero, Screaming Mad George desapareció del mapa. Vamos, no fue más que una mini-moda pasajera... aunque antes tuvo tiempo incluso de co-dirigir esta cosa. Actualmente rula por facebook y se auto-denomina "animator". A nivel Imdbero no consta que haya hecho nada desde el 2005 pero, ¿quién sabe?, igual se apartó de la industria y hoy se limita a gozar de sus capacidades sin presiones laborales. O no. ¡Yo que sé!... tampoco es que me importe mucho, la verdad.
En cuanto al reparto, tenemos a Heidi Kozak, de la que ya hemos hablado con anterioridad por su participación en films como el séptimo "Viernes 13" y el segundo "Slumber Party Massacre". Y merece la pena destacar el rol que se marca Pamela Matheson como "madre rara sobremaquillada adicta a comer pelo ajeno" cual ejemplo de otro de esos elementos locos y delirantes que Yuzna metió en su película para hacerla automáticamente de culto pero que, como decía -y no me cansaré de hacerlo- no sirvió pa nada, quedándose básicamente en un gag tonto.
Me he devaneado mucho los sesos buscando la palabra adecuada para definir a "Society" y la única que me viene es la de ABURRIDA. ¿Hay algo peor?.