Otra cosa es el cine, las películas para lucimiento de estos
artistas. Como curiosidad me interesa mucho, independientemente de lo que me
parezcan a mí los protagonistas. Ahí, las
películas que explotaban a Chiquito cuando aún su fama estaba en alza, “Aquí
llega Condemor, el pecador de la pradera” o “Bracula, Condemor II”, me pueden
llamar la atención por su condición natural, pero como no me gusta chiquito, me
parecen una patata. Malas a más no poder. Las tengo en DVD no obstante, para
que entiendan que me gusta el producto, me gusta su existencia, pero no son
películas que vea una y otra vez.
A lo que voy es que de las tres películas que protagonizó
Chiquito, la que si me gusta, y me parece incluso entrañable de lo ñoña que es,
es este “Papá Piquillo”, que venía a destiempo (en 1998 Chiquito ya ni siquiera
salía en televisión, o al menos, con la misma asiduidad que en 1994) y con la
sana intención de demostrar que Chiquito de la Calzada, además de hacer eso de
“Grijandemorenau”, también podía actuar
y hacer un registro dramático. Y sin salirse de su propio personaje,
demostró que si podía, aunque no le sirviese de nada. De sus tres películas,
fue la que menos recaudó. La vieron unos paupérrimos 120.000 espectadores.
Claro, que en contra de lo que se cree, las dos películas
anteriores de Chiquito, que venían con la fama del cómico ya acabándose,
tampoco fuero éxitos, pero si recaudaron bastante más que esta.
La película no es un muestrario de las gracietas de chiquito.
Es una película con argumento y en la que Chiquito interpreta. Papá Piquillo,
es un patriarca gitano que tras el accidente mortal de su hija, tiene que
hacerse cargo de todos sus nietos. Tiene salir a trabajar con ellos, con el
mono y la cabra, y mal comer, pero es la única forma de subsistir en un mundo
en el que la única forma de generar dinero es vendiendo droga, cosa que Papá
Piquillo, quiere impedir a toda costa. La cosa se complica, cuando uno de sus
nietos sufre un accidente que lo paraliza y que para operarlo, tienen que
llevarlo a Australia, cosa que, no es que sea cara para Piquillo, si no, que es
imposible. Por lo que se le complicará algo la cosa.
A ver; no es que sea una gran historia. Ni siquiera es una
buena película. Pero como está entretenida, y con su intencionalidad de
película estándar (no un mero vehículo para el lucimiento de Chiquito), como
incluso llega a tocar la fibra porque es una película ñoña y emotiva, a mí me
gusta bastante más que las otras películas de Chiquito. Porque es una película
de verdad. Ahora, quienes busquen en ella, las gilipolladas del “Condemor”,
pues puede que les guste la película (porque está bien) o puede que no. En
cualquier caso, y visto lo visto, si que es una de las mejores películas del
inefable Álvaro Sáenz de Heredia, su director, que cuando hace películas, y no
vehículos para tal o cual humorista, la verdad es que las hace bastante bien.
En cuanto a “Papá Piquillo”, es una película familiar ideal
para las navidades, que le da mil vueltas a cosas que se antojan más actuales,
pero dirigidas por directores que no tienen tanto oficio como de Heredia como
pueda ser “Angeles S.A.”.
Está bien. Visible. Y si fuera niño, supongo que me
encantaría.