Y a mí, a priori, el cine español de los ochenta, me llama
la atención. Y más en particular, cierta comedia catalana (Francesc Beltriu,
Bellmunt, incluso el primer Ventura Pons por citar a los más famosos, Joan Minguell, Luis Martínez Cortés o Juan Bosch, los más ignotos y cuyas comedias a
duras penas llegaban a la meseta) de corte populachero a la que se podría
adscribir esta película.
Cuenta la historia de un profesor cuya verdadera vocación es
la de torero. Se suele acostar con una actriz porno y como en Cataluña –ya en
los ochenta- está muy mal visto lo de torear, le está costando un imperio trabajar
de lo que le gusta, así que, la crisis, le obligará a trabajar en una sala de
espectáculos haciendo un numerito pornográfico, para sustituir al compañero de
su pareja, al que los problemas con la seguridad social del recinto para el que
trabaja, le han obligado a dejar el trabajo. Mientras, un par de situaciones
supuestamente divertidas, y un par de gags de corte político y socio-económico,
y con la independencia de Cataluña como bandera.
Miren que me gusta el humor Catalán y la mera presencia del
gran Joan Borrás –aunque aquí tiene un papel muy secundario-, pero esta película, además de ser más
pretenciosa de lo que debería (porque, además de que lo que nos vende es otra
cosa, no llega a ser la película que trata de ser), no es del todo una comedia.
Y los temas serios que trata, tampoco están tratados de manera suficientemente
seria, con lo que, entre la política, que no me interesa y que no se trata de
una película en exceso graciosa –no porque no se intente, sino porque no se
llega-, al final, se queda sumida en la más chabacana mediocridad, no llegando
a ser lo suficientemente buena, ni lo suficientemente mala como para tenerla en
consideración siquiera. De hecho, he corrido a reseñarla tras verla, porque
dentro de unas horas se me va a olvidar que existe.
Como ese torero que acaba haciendo porno tenemos a un tal
Joan Vázquez, que solo protagonizó esta película, aunque luego tuvo un papelito
muy pequeño en “Sinatra”. Junto a él, Emma Quer, vista con anterioridad en
“Secta Siniestra” o en “El fascista, Doña pura y el follón de la escultura”,
para acabar su carrera con Antoni Ribas en “Dalí”. Blanca Marsillach (“El rollode Septiembre”, “Los señores del acero”) o el anteriormente citado Joan Borrás,
completan el reparto, entre otros.
Por culpa del título, en los videoclubes, la película era
alquilada compulsivamente por los pajilleros, que creían que se trataba de una
película porno. De hecho recuerdo de niño ver en las estanterías su carátula
con un cartelito pegado en el que rezaba “Atención: esta película no es pornográfica”.
Y una de sus ediciones, lo advertía directamente debajo del título: “Una sátira
que no es porno” ponía, o algo así.
Flojita.
Como anécdota decir que nuestro Naxo Fiol trabajó para Antoni Ribas.