miércoles, 10 de diciembre de 2014

TURISTAS

Una mujer de mediana edad que vive con su posesiva madre, encuentra el amor por primera vez. Decide irse de vacaciones junto a su hombre y ante la negativa de la madre, un viaje por la campiña británica en caravana en la que  la pareja visitará toda suerte de paisajes y museos. Durante el periplo, vemos que la pareja es lo más asocial que existe, que tienen unos cuantos problemas mentales, y que no tendrán problema en asesinar a toda aquella persona que suponga un inconveniente para su solaz, aunque esto ocasione alguna que otra discusión de pareja.
Una de esas película cuya naturaleza me tira para atrás (Europea, independiente…) y que de no ser por la insistencia de algún amigo de que debo verla,  jamás vería. Con otras que me resistía ver, cuando lo he hecho, no ha pasado nada; Han podido estar bien o han podido estar mal, pero no tienen nada especial. Sin embargo, me alegro mucho de haber visto “Turistas” porque ha resultado ser un soplo de aire fresco a rasgos generales.
La historia de dos asesinos en serie involuntarios, novios con profundos problemas mentales, torpes e inútiles que ni asesinar bien  saben, que matan sin móvil aparente más allá de los impulsos naturales –celos, envidia, rabia-, y que  todos y cada uno de sus actos, independientemente de los asesinatos, son completamente irracionales (¡roban un perro!), me ha parecido maravillosa, porque se trata de una comedia negra al más puro estilo Inglés, que no escatima a la hora de introducir elementos escabrosos ni locuras.
Y todo es gracias a sus dos personajes protagonistas, una pareja de individuos secos y rancios, que nada más comenzar la película (si no sabes por donde van los tiros)  ya te caen mal, pero a medida que se desarrolla la  escasa trama (casi es una sucesión de escenas) y cuantas más locuras cometen, no es que caigan mejor, pero si que vas simpatizando con ellos.
Brillante todo lo que lo que los guionistas les hacen hacer, porque no solo pueden llegar a dejar sin cara a base de palazos a un individuo que les ha sugerido que recojan la caca de su perro, sino que, y en un alarde mayor de demencia que en cualquiera de los asesinatos, la mujer se compra, en el museo de lápiz, un lapicero gigante, que casi no cabe en la caravana, y con el que además le da por escribir.
Con la cadencia propia de las películas inglesas, y sin ser consciente ella misma de lo graciosa que puede llegar a ser, “Turistas” se prodiga como una gran película, con un tema muy serio que nos provoca grandes carcajadas en su desmelene british, desasosegante y decadente. De lo mejor de los últimos años. Y maravillosamente dirigida.
Su director Ben Wheatley, ya destacó con su anterior película “Kill List”, lo que junto a esta, le valió su incursión en aquel “ABC´s of death” como representante del horror británico.
A tener en cuenta.