lunes, 5 de enero de 2015

RAZA

Hacía tiempo que tenía yo curiosidad por ver “Raza”, que es el estandarte del cine fascista. Pasa que al igual que con la abiertamente racista “El nacimiento de una nación”, estas películas, nos repugne su mensaje o no, forman parte de la historia del cine, y nunca está de más verlas, al menos, para el cinéfilo más inquieto. El caso de “Raza” especialmente, porque su director, el papá de Álvaro Sáenz de Heredia, Jose Luis Sáenz de Heredia puso diálogos e imágenes a los delirios de grandeza de Franco, que “escribió” el guión a mayor gloria de su ideología, elogiando al buen español, aquél que, valeroso, morirá en combate en nombre de la patria, y despreciando a todo aquél ajeno a esta ideología, pero, como si el régimen Franquista se tratara de la misma iglesia, perdonando a aquél que rectifique y se pase al bando nacional.
Y al final, y con  casi ochenta años a sus espaldas, “Raza” se prodiga como una comedia involuntaria. Yo la compararía con “Reefer Mandess” (“El cigarrillo de la risa”) que en su afán por hacer propaganda, se exagera tanto, que esa propaganda se convierte en parodia de si misma. En esta ocasión, añadiré, que detrás de la cámara, aún bajo el yugo y la presión del fascismo, incluso siendo  este partidario del régimen, estaba un buen director, con lo que, entre lo ridícula que resulta, y que está magníficamente rodada,  esta película propagandística resulta condenadamente entretenida. Claro, que el mensaje es terrible, desolador, terrorífico…pero por suerte a ninguno de los aquí presentes nos tocó vivir aquello, motivo por el que en pleno 2015, yo creo que nos podemos reir tranquilamente de la película.
Un marino español muere en una guerra (creo que la de Cuba) y su descendencia protagoniza la película. Los conflictos de estos en la vida y en plena guerra civil, las enarbolaciones del fascismo, y el cambio de chaqueta por parte del demonio rojo, junto con problemas monetarios y familiares que sirven de relleno, componen el resto de la película, para que al final, un desfile militar de alto copete ponga punto y final a la película. Risas máximas, cuando en este desfile, un niño repelente y pelirrojo que lo presencia, pregunta a su madre: “Qué bonito es todo esto ¿Qué es mamá?” a lo que la madre responde: “Eso, hijo mío, es raza”.
Tras muchos años desaparecida, la filmoteca consiguió hacerse con las distintas copias de la película. La que yo he visto es la remontada en 1950 –la primera versión es de 1941, rodada cuando Europa estaba dominada por el nazismo, y que fue destruida. Luego apareció en un cine a cachos- y la que, por los motivos políticos que fuesen, los fascistas, por beneficiarse de algún modo o por cobardía, redoblaron la película de cara a la buena imagen que querían dar en los Estados Unidos y eliminaron todos los ataques y críticas a estos -que los había-, eliminaron todas las referencias a la falange Española, eliminaron todos los saludos nazis que había en la película, y le cambiaron el título por el de “El espíritu de una raza”.
Se ve que es una de las películas más caras del cine español (en esa época) y que aunque Franco no estuvo presente en el rodaje, si que mandaba a un familiar suyo con instrucciones precisas, a tocarle los huevos al director.
Cuando se estrenó la película, en el Palacio del Pardo, contó su director, que Franco vio la película con lágrimas en los ojos de la emoción.
En fin, que lo que digo; si tienen mucha curiosidad, véanla, no tengan en cuenta el documento horrible que en realidad es y échense unas risillas.
En cuanto al director José Luis Sáenz de Heredia, además de dirigir para los fascistas durante el régimen, se lo conoce por haber rodado clásicos del cine español como puedan ser “Historias de la radio”, “El Taxi de los conflictos” o algunas películas para lucimiento de  Paco Martínez Soria o Alfredo Landa.