Cuenta la historia de un comercial que hace chanchullos a su
favor con los clientes de su empresa. Un buen día, la propietaria de un bar,
para que le retrase unos pagos, le ofrece follarse a su sobrina menor de edad a
la que tiene allí trabajando. Esta accede, y comienza un tórrido romance.
Después el individuo va a la cárcel porque le pillan con los chanchullos. De
por medio, mafiosos de barrio, ajustes de cuentas, estafas, bodas con
musulmanes y hasta asesinatos.
Esta es una de esas películas a las que les beneficia el
bajo presupuesto, porque está claro que
hubo poco de eso para el rodaje. No obstante, ver esos pisos mugrientos en los
que viven los personajes, esas pensiones comidas por la humedad, y esas tascas
de mala muerte, le dan un look a la película del todo desasosegante a la par
que realista. La película es tan sucia que huele a mierda y cuando esta acaba,
tenemos que darnos una ducha. Algo raro de ver en un film español de los 90. Y
creanme, eso es lo mejor de la película.
No obstante, me gusta mucho los hijos de puta que son todos
los protagonistas; todos unos cabrones, empezando por el comercial protagonista
y terminando por la putilla que da nombre a la película. No hay en ella ni un
solo personaje positivo, todos malos y egoístas, personajes de fines perversos
y chabacanos. Una panda de cutres de mierda como tantos hay sueltos por ahí en
la vida real.
Y a parte de todo esto, es que la película, que quizás tenga
una dirección un tanto descuidada, está condenadamente entretenida, engancha, y
al final resulta que nos lo pasamos muy bien. Y esto lo digo de una película
ante la cual me senté con todos los prejuicios del mundo. Pues está muy bien.
Y como era de esperar, al cine a verla solo fueron unos
80.000 espectadores.
En el reparto, me hace gracia ver que protagoniza en asunto Álex Casanovas,
“Chico Almodóvar” que irrumpió en “Kika” con la misma fuerza con la que fue
relegado al ostracismo (televisivo, mayormente). Una especie de Michael Paré
patrio, cuyo declive se debe a que es un espantoso actor. Aunque aquí está
discretito, la verdad es que mola en el papel. Le sigue la anteriormente
nombrada Eva Santolaria conocida sobretodo por ser Valle en la serie
“Compañeros” y de carrera dispersa después de aquello. Les secundan un buen
puñado de actores de reparto catalanes, efectivos como suelen ser ellos.
Dirige la película Antonio Chavarrías, que tras esta
película todo lo que dirigió es de escaso interés, al menos, para el que esto
escribe.