¿Nunca te has preguntado donde van a ir a parar los recién nacidos deformes?. William Dekker, detective retirado, lleva años investigando y lo sabe. Habitan bajo tierra y tiene localizada la entrada de su escondrijo situada en un viejo cementerio. Para documentar la terrible verdad se pone en contacto con el cineasta "cult" especializado en terrores Adam Green, autor de pelis como "Frozen" o la saga "Hatchet", quien decide apuntarse al sarao, sobre todo a partir de la noche en la que ve con sus propios ojos una de esas criaturas. La cosa se va convirtiendo en obsesión, a pesar de que su mujer no anda nada contenta y su equipo le recrimina que pierda el tiempo con chorradas, hasta que un día comienza a sospechar que todo es una estafa, una tomadura de pelo, por lo que decide visitar él solo (y su cámara) la siniestra fosa supuestamente habitada por monstruos. Mala idea.
"Digging up the marrow" es la más reciente película de, sí, ese Adam Green del que hablaba más arriba. Y, como veis, se trata de un concepto muy interesante que recuerda vagamente al de "La nueva pesadilla" de Wes Craven. Cine dentro del cine. Es por ello que Green se interpreta a sí mismo, algo que también hace su (ex) mujer (que pa algo es actriz), el cámara, el montador y algunos rostros populares en sendos cameos muy agradecidos. Por ejemplo, están Don Coscarelli (el otro amigo de Víctor), el inevitable Lloyd Kaufman, Tony Todd y en apartados más destacados Kane Hodder (gracioso verle no-reaccionar frente a las imágenes del primer monstruo. Muy en su línea) y especialmente Tom "Noche de miedo" Holland y Mick "unpocodetodo" Garris, que son quienes más se prestan a la broma. Si algo te preguntas durante el visionado de la película es "¿Por qué el detective no recurre a un director más famoso que Adam Green?". Y ahí está la coña, cuando el cineasta lo comenta con Holland y Garris, estos le tratan de idiota y le cuentan que el tipo ya les vino a ellos (y a Landis, y Carpenter, y Del Toro...) con la misma historia, solo que no le hicieron ni puto caso. Un gag que parece un corto de colegas improvisado (ejem...), algo que me moló mucho, ¿pa qué negarlo?. Por lo demás, y sin salirnos de terreno puramente friquista, tenemos un auténtico festival de camisetas ("Phantasma", "Evil Dead" y muchas de las pelis del mismo Green) y toda la saga de "Viernes 13" en vhs asentada en una estantería.
Cabe decir que estamos ante una combinación bastante curiosa de "found footage" y "mockumentary". Incluso se permiten unas cuantas coñas al respecto, como cuando Adam Green exclama: "¡Esto no es un found footage, es un... footage footage!". O la fobia a los infrarrojos del cámara, que evita usarlos a lo largo de la peli, aunque la oscuridad sea total y absoluta.
La trama se va desarrollando básicamente a base de diálogos y diálogos, centrándose en la relación de Green y el detective, interpretado por el carismático y veterano Ray Wise (especialmente famoso por la serie "Twin Peaks"). Y dadas las circunstancias, no se hace la cosa demasiado pesada, la pareja tiene feeling y se tira bastante del humor sin resultar demasiado cafre. Cuando llegan las pinceladas de terror y monstruosidades, pues bueno, no funcionan demasiado en el apartado miedo/sustos. En cuanto a los efectos especiales, se agradece que tiren más de látex que de CGI, reducido este último a lo mínimo, aunque los monstruos se ven igualmente bastantes cutres. Esto no debería importar por el rollo nostálgico, de que sean trucos físicos y no píxeles, pero el supuesto realismo pseudo-documentalista de la propuesta no casa bien con todo ello. Tal vez el más efectivo sea el "cabeza de payaso", pero pa entender esta parte de la reseña tendréis que ver la película.
El desenlace está a la altura de la mayoría de found footages... te deja un poco en plan "po fale".
En fin, no es una mierda, se aguanta bien y tiene su gracejo, sin ser nada del otro jueves... algo que, a la larga, tampoco es tan malo.