No hace falta un percutor que estalle para que yo me ponga a
ver una película de género española, pero tenía especial interés en ver esta
por dos motivos. Uno, que de siempre he leído que se trata de una película muy
mala y dos, que se trata de una producción de Juan Piquer Simón concebida para
hacer pasta y es la responsable de que tanto director, Carlos Puerto, como productor, no se pudieran ni ver en lo sucesivo. Famosas son
las declaraciones de ambos. Por un lado, las de Piquer Simón diciendo que tuvo
que dirigir muchas escenas el mismo, porque Puerto estaba haciendo una mierda,
y por otro, Carlos Puerto diciendo que Piquer Simón le dejó ahí a su suerte con
cuatro pesetas, y que se desentendió de la película hasta que la falta de
presupuesto no hacía más que dificultar el correcto desarrollo del rodaje;
Según esto, Piquer Simón no rodó ni un solo plano.
Sea como fuere, y teniendo en cuenta que toda esta gente del
cine de género español mentía más que hablaba, no me creo las declaraciones de
ninguno de los dos, y me pongo a ver esta película con fama de mierdosa: Quizás
he visto yo demasiadas películas malas como para que mi criterio se vea
alterado en según que casos o que yo no sepa ver la paja en ojo ajeno, pero
tan, tan, tan mala, “Escalofrío” no es… Es aburrida, tonta, reiterativa y
lenta, pero la verdad es que visualmente impacta, los efectos especiales no son
tan cutres como he leído por ahí (claro, que quiero dejar bien claro que esta sea,
posiblemente, la película rancia de género española por la que más les ha dado
por escribir a hipsters, modernitos y soplapollas, que no tienen ni puta idea
de nada e igual el baremo que tienen para medir la calidad de los F/X es el
mismo que usan para medir la de una producción media de Hollywood… en ese caso,
si, se quedaría corta, imbéciles) y lo cierto es que se resuelve la papeleta
con cuatro pesetas, solo cinco o seis actores, un perro y, prácticamente, un
solo escenario bastante bien. Vamos, que es un presupuesto bajo pero bien
aprovechado. De hecho, me parece una película bastante más solvente que otras
del mismo pelaje mejor consideradas como pueda ser “Los ritos sexuales del diablo” del sobrevalorado José Ramón Larraz, mucho más torpe y menos modesta.
Una parejita, tras salir de ver “La guerra de las galaxias”
del Madrileño cine Roxy B (donde yo he trabajado mogollón de años y hoy,
tristemente cerrado) y de tomarse unos piscolabis, cogen su cochecito y
advierten que otro coche les sigue. Cuando se paran en los semáforos, ven como
los pasajeros de ese otro coche, otra pareja, aunque inquietante, les miran fijamente. En una de estas que les
saludan efusivamente, les hacen bajarse del coche para decirles que se conocen del colegio, que
les da mucha alegría verles y que les
invitan a su casa a comer queso y beber vino. Aún con la desconfianza, nuestra
pareja se ira con ellos hasta un gran caserón, donde a parte de tomar el vino y
el queso, se ven inmiscuidos en una vorágine de sexo, magia negra, ouijas y
descarnado sexo, que traerán consigo funestas consecuencias. Muñecas de
porcelana que caminan, rituales Satánicos, sacrificios y mucho, mucho folleteo
(y un par de tetas gordas, las de Sandra Alberti, muy apetecibles) harán el
resto.
Si quitamos algunos momentos lentos a no poder más y un par
de detallitos tontos, lo cierto es que la película está muy bien. La
ambientación es la adecuada y entramos en situación fácilmente, amén de sentir
algún que otro escalofrío cuando una muñeca de porcelana camina a sus anchas
por la casa, además de contar con un final del todo sorprendente, que destrozan
luego con un epílogo que, para no destripárselo, diré que es el equivalente al
“Todo-a-sido-un-sueño”.
Y siendo la dirección bastante competente, yo no veo por ningún
lado la mano de Juan Piquer Simón y si la de Carlos Puerto, que ya había
dirigido, ese mismo año, la que yo
considero una de las mejores películas de Paul Naschy, que por otro lado se
alejaría del terror, “El Francotirador”, por la que tanto actor y director,
sufrieron amenazas de muerte por parte de la ultraderecha, al tratarse la
película de un relojero al que un coche oficial le atropella a la hija y en
consecuencia, decide matar a Franco.
Luego, sin prodigarse demasiado en la dirección, destacaría
su faceta como guionista, trabajando en los libretos de películas tan afamadas
como “Viaje al centro de la Tierra”, también de Piquer Simón, “Trauma (Violación Fatal)”, “El curso que
amamos a Kim Novak” o “Morir de miedo”o algún que otro episodio de ese
“Exploitation” de Espinete y Don Pimpón que era “Los mundos de Yupi”.
En el reparto tenemos las presencias de Ángel Aranda
(“Terror en el espacio”, “De Dunkerke a la Víctoria”), Sandra Alberti ( “Niñas…
al salón”, “Historia de S”), Marian Karr que se prodigó
–y se prodiga- sobretodo en el terreno televisivo, José María Guillén (“Y altercer año… resucitó”, “Gay Club”) y presentándonos la película, a modo de “host”
y advirtiéndonos de la realidad que suponen en nuestra sociedad las sectas
satánicas el Iker Jiménez de los años setenta y ochenta, el Doctor Fernando
Jiménez del Oso que estaba muy de moda en aquellos años (como hoy el Iker) y
que, dicen, que su presencia al principio de la película, es la responsable del
éxito que supuso en cines esta película, casi un millón de espectadores del año
1978. También decir, que el propio
productor de la cinta, Juanillo Piquer Simón, se monta un cameíto en la misma.
Con todo ese éxito, es una de las películas que permanece
inédita en DVD en nuestro país, sin embargo, podemos hacernos con una
copia de importación de la excelente
edición que de la misma sacó Pete Tombs en su sello “Mondo Macabro”.
No está mal del todo.