Resulta que el director Ungría, vio la película de Werner Herzog “Los enanos también empezaron pequeños” sobre una sociedad de enanos que
se rebelan, y como aún no se había estrenado en España, aprovecha la ignorancia habitual del publico de este
país y se junta con Fernando Fernán Gómez para, con dos cojones, y sin
reconocerlo en ningún momento, plagiar la idea y el concepto de aquella. La única manera de defenderse de esta acusación es,
como ya he dicho antes, el ampararse en que adapta “Gulliver”… pero en
realidad, y con unos toques castizos, nos cuenta prácticamente lo mismo que la
de Herzog, sin la pericia de aquél, por supuesto y nada de “Los viajes de Gulliver”.
Así tenemos a un delincuente que escapa de la policía y, tras un accidente, acaba en un remoto pueblo perdido y desértico, habitado por
enanos. Estos le recogen y es testigo de la sociedad de la que
forman parte, con sus dictaduras, jerarquías y en torno al mundo del
espectáculo –tauromaquia y teatro-.
Como el hombre es más fuerte que ellos, hará que las cosas
en ese pueblo se pongan de su lado y, ofreciendo casinos y todo tipo de ocio a
los enanos, pronto tomará el poder, con
las consecuencias que esto pueda acarrearle.
Rodada en 1977, la película no consiguió ser
estrenada hasta dos años después. La censura la dejaba completamente amputada,
se cebaron con una escena en la que, en teoría, se mostraba una felación, y
otras tantas en las que los enanos cometían fechorías (o no). Entre eso, y que
las distribuidoras no querían estrenar un producto tan peculiar, se
quedó en las latas hasta que, pasados dos años, se estrenó de tapadillo, desplazándose
hasta los cines, unos 48.000 míseros espectadores.
Desde los primeros fotogramas, detectando el plagio, la
película ya me resulta antipática y, según va
avanzando, me voy aburriendo, me va cayendo más gorda y me pongo de mala hostia. Además, es el precedente
de lo que poco después vendría con la dichosa Ley Miró. Encima, la versión que
yo he visto, no tiene la famosa escena de la felación.
Mala no, lo siguiente. Y pedante. Y pretenciosa.
Junto a Fernán Gómez, toda la cuadrilla de enanos del cine
español de los setenta y ochenta: José Jaime Espinosa (“Cristóbal Colón de
oficio descubridor”, “La Momia Nacional”, “La loca historia de los tresmosqueteros”) o José Rivera “Caracolillo” (“La Biblia en pasta”) junto a
actores de tamaño normal de la talla de (jejeje!) José Riesgo.
En cuanto al director Alfonso Ungría, empezó su carrera
con una película de prestigio como fue “El hombre oculto”, para pasar a una boicoteada por los mismos productores y nunca estrenada, “Tirarse al monte”. Siguió con típico cine
español de mierda, como “África”, donde vemos las tetillas a ElenaAnaya, “El deseo de ser piel roja” o ese panfleto donde un grupo de
profesionales nos dejan claro lo comprometidos que son
(jajajajajajaja!!) titulado “¡Hay Motivo!”
Que mal me cae todo este universo.