viernes, 7 de agosto de 2015

EVERLY

En los tiempos de crisis que existen (y más en lo referente a la crisis que aquí nos atañe que es la cinematográfica) cada vez es más normal que los estrenos que van a las salas sean medidos con lupa. Así, un estreno como este, con toda una Salma Hayek como principal reclamo, hace diez años se hubiera estrenado con todos los honores, mientras que  en pleno 2015, esta se estrena en nuestro país directamente en DVD.
Cuando estrenos  más o menos gordos llegan a nuestro país sin pasar por las salas, mal asunto. Los motivos por los que no se estrenan suelen ser de diferente índole, aunque huelga decir que la mayoría de estos no-estrenos son debidos al fracaso en la taquilla USA. Eso no debería ser señal alguna en cuanto a la calidad de la película, pero por norma general suele ir acompañado; cuando no se estrena en  cine en España, es que se trata de una peli mala de cojones.
Efectivamente, esta “Everly” es una cosa francamente mala.
La novia de un Yakuza, puta de profesión –pero retirada por voluntad del propio yakuza que se queda para él la que más buena estaba- se ve que se la juega y en consecuencia, este se la quiere cargar, así que manda a un puado de yakuzas al apartamento de esta para que se la dejen el higo hecho un colador. Pero claro, esta que es hábil, al final se los irá cargando a ellos ¡Sin salir del apartamento, oiga!
Un matar, matar y matar sin sentido, orden o concierto alguno, en una peliculita de “Dimension films”  que ya no es sinónimo de nada (ni de calidad, ni de independencia).
Una película que parece existir con un único sentido: Mostrar el palmito de la Hayek, hacernos ver lo buena que está la tía  a sus cincuenta castañas. Y es que lo de esta mujer no tiene nombre. Y en ese sentido la película cumple, vemos a la Hayek y ese culo respingón que dios le ha dado de mil maneras; desnuda “traseralmente”, en ropa interior azul celeste, con mayas y top ceñidísimo… incluso le meten un tiro en un costado con el fin de que, al mirarse ella en el espejo, veamos el tipín que tiene –que lo tiene-. Vamos, un desfile de modelos por parte de Salma Hayek, que ya puestos a pedir, casi mejor que hubiera sido un vídeo de aeróbic, porque, a parte de esos 50 años tan (excesivamente) bien llevados, el resto de la película tiene menos interés que el culo de la Hayek. Es más diría que es hasta irritante… es como una película que copia –y descaradamente- el cine de acción del peor Tarantino cuando ya ni este hace ese tipo de cine. Vaya, que es un plagio del cliché, del Tarantino de “Kill Bill” nada menos, con frases Tarantinianas personajes Tarantinianos y hasta decorados Tarantinianos, repito, del clichoso. Artes marciales mal entendidas, muchos disparos con armas chanantes, y chicas peleonas (el concepto de la anti-heroína karateca es tan de los 70 y de reivindicación en los 00… que más que asco, da pena). Una puta mierda.
Junto a Salma Hayek y un puñado de putos japoneses, tenemos a la actriz Española de origen Mexicano Laura Cepeda (“Naufragos”) que está en la película como podía haber estado cualquier otra actriz española, y hace de madre de Salma Hayek, a pesar de que apenas le saca 10 años… ¡Por Dios,  que ya sabemos todos que Salma Hayek tiene 50!
Dirige el trozo de mierda vistosita el tal Joel Lynch (ni Coen, ni David), que entre las cosas más populares de su filmografía, podemos destacar uno de los pasajes de “Chillerama”, la segunda parte de la franquicia "Wrong Turn" o la película-chorrada “Knights of the Badassom” para lucimiento del enano de “Juego de Tronos”.
Por ver a la Hayek.