Ya que la semana pasada colgamos aquí los fotocromos de "Gremlins" no nos queda otra que esta colgar los de "Gremlins 2" de la cual pueden leer en su correspondiente reseña. Hasta que se decidan a hacer o no "Gremlins 3" esto es lo que toca!!!
A disfrutar!!!
miércoles, 30 de diciembre de 2015
lunes, 28 de diciembre de 2015
A VERY MURRAY CHRISTMAS
Netflix, algo así como un canal de televisión a la carta por
internet –no me queda muy claro porque uno ya va teniendo una edad y los
avances tecnológicos cada vez quedan mas lejos de mi alcance y/o comprensión-
que está de actualidad porque recientemente se ha instaurado en nuestro país
–dónde la cultura de la descarga ilegal está hasta bien vista- y, bueno,
está causando cierto interés en el
público más amigo de las redes. Y a mí este tipo de propuestas no me llaman la
atención salvo por la oferta de producciones exclusivas que ofrece (y que el
mismo día del estreno ya están disponibles por vías ilegales). Estas son
telefilmes de lujo, rodadas con dinero, sin mucho que envidiar a los productos
mainstream que se estrenan en salas, y con repartos de lujo. Vamos que se trata
de estrenos directos en ese canal, sin distribución en salas a fin de cuentas.
Sonado es el Western cómico de Adam Sandler “Los 6 Ridiculos” o este “A Very
Murray Christmas” que me he comido la pasada noche buena, y que son películas
destinadas en exclusiva para dicho canal.
Así, Bill Murray en un ejercicio de megalomanía, lo que nos
propone es un “Hollyday Special” –o mejor, una parodia- como los que se hacían
en la televisión americana allá por los años 50, en los que una estrella en alza,
el Bing Crosby de turno nos ofrecía todo tipo de actuaciones de variedades
mientras él cantaba, al piano, libres
versiones de los villancicos populares clásicos americanos. Para que me
entiendan ¿saben los especiales de Navidad de Raphael todas las nochebuenas?
Pues esto es exactamente lo mismo, solo que para la ocasión el anfitrión es
Bill Murray que se pega la machada de cantarse tropecientos villancicos de las
más variopintas maneras, y haciéndose acompañar de amigos del mundo de la
farándula en algunos de ellos. Así, vamos viendo desfilar por la pantalla a
gente, gentuza y gentucilla de la talla de Miley Cyrus, Chris Rock, Paul
Shaffer, Michael Cera, Jason Schwartzman, Maya Rudolph o George Clooney que se
convierte en el principal chiste de la función.
La cosa está en que se introduce una ficción en la que,
debido a una tormenta, Bill Murray y un grupo de personas se quedan encerrados
en el hotel desde donde se emitirá en especial Navidad que el actor pretende
grabar y, ya que están, se lo marcan ahí mismo, off cameras.
Bien, pues una vez satisfecha la curiosidad inicial, y
aunque tampoco se convierte en una cosa
insoportable, la verdad es que ver un especial navideño de Bill Murray, tampoco
es que sea una cosa extremadamente divertida. Es más, a mí me ha resultado
bastante coñazo, y quitando uno o dos gags insertados ahí porque, como es Bill
Murray, tiene que soltar alguna gracieta, resulta bastante poco gracioso y
hasta poco edulcorado, para mi gusto, para tratarse de un producto navideño.
Vamos, que es bastante mierdosillo y no tiene tono navideño, a pesar del
numerito inicial con Miles Cyrus y Clooney, ahí con el fondo blanco en plan
“Blanca Navidad”.
La coherencia llega con los títulos de crédito cuando vemos
que la directora es Sofia Coppola, a la cual se le encarga este vehículo de
lucimiento para su amigo Murray al que ya dirigió en “Lost in traslation”. Que
sabrá esta directora, moderna y pasto del hipsterío más repugnante, sobre un
buen especial de Navidad.
Victor Olid
domingo, 27 de diciembre de 2015
LOS FOTOCROMOS (Y LA CARATULA DEL BETA) DE "HORMIGAS"
Estaba convencido de que había escrito y publicado la respectiva reseña, porque no hace demasiado que vi la puñetera peli. Sin embargo, por mucho que busco, no doy con ella, ergo eso solo puede significar dos cosas: Uno, que me dio un jamacuco raro y la borré. Dos, que me hago viejo y mi cerebro me traiciona. En fin, el caso es que lo recuerdo como un telefilm medianamente soportable, sin más.
Lo que sí dejó huella en su día fue la caratula video-clubera con el canalillo de una rubia tetuda infestado de insectos. La tienen abajo de todo, aunque no importa mucho, porque esa misma imagen (algo retocada) coincide con el primero de los fotocromos que siguen... así que, ¡ni tan mal!.
Lo que sí dejó huella en su día fue la caratula video-clubera con el canalillo de una rubia tetuda infestado de insectos. La tienen abajo de todo, aunque no importa mucho, porque esa misma imagen (algo retocada) coincide con el primero de los fotocromos que siguen... así que, ¡ni tan mal!.
Naxo Fiol
viernes, 25 de diciembre de 2015
EL TRANSEXUAL
La transición supuso un soplo para nuestra encorsetada
cinematografía y los subgéneros comenzaron a aflorar en unos años gloriosos
para nuestro cine.
Consecuencia de esto, Jacinto Molina se alejó una
temporadilla de su amado Fantaterror y se puso ha hacer otro tipo de películas.
Así que le salió la vena sensacionalista haciendo una serie de películas
controvertidas, solo porque ahora ya se podían hacer, y porque salían bien en
taquilla. De aquella etapa saldrían cosas interesantes como “El Francotirador” de
Carlos Puerto o “Comando Txikia (Muerte
de un presidente)”. No eran demasiado ostentosos los presupuestos, llamaban la
atención y llegaban casi al medio millón de espectadores. Ya quieran la mayoría
de las películas españolas hoy en día llegar a estas cifras. La que nos ocupa
es esta “El Transexual”, tema este, por aquél entonces –y ahora ¡que coño!- un
tanto desconocido para el gran público y, sin duda, sórdido.
Entonces, Molina se pone manos a la obra escribiendo al
alimón junto con el manazas de Juan José Porto y Antonio Fos, un guión que se
basaría en la historia real del travesti Lorena Capelli, que murió tras una
operación de cambio de sexo, dado que por aquel entonces esta era una operación
un tanto complicada. Jacinto Molina siempre hacía sus guiones pensando en él
para protagonizarlos ¿Quiere decir esto que en la película veremos a Paul Naschy haciendo un rol de travestido que se cambia de sexo? Nooooooo –de
travestido le veríamos, con menos sentido, en “El último Kamikaze”- no caerá
esa breva. Para sí mismo se reserva un papel de periodista que va tras la pista
de una transexual que le ha prometido un buen artículo para su revista. Esta
transexual la interpreta nada menos que Ágata Lys (¡que buena que estaba la hija de puta!) y
bueno, poco más que contar. Si no son demasiado tontos ya saben cual es el desenlace de esta historia.
La cosa está en que Paul Naschy no pega en esta película ni
con cola, no pinta nada y sin embargo tiene que protagonizar la cinta, amén de
la parte documental de la que hace gala la película. El resultado es un
batiburrillo de conceptos mal hilados, que ni termina de alimentar el morbo del
espectador más inquieto –de aquella época- ni despeja dudas del espectador más
curioso, con lo que la película se queda en tierra de nadie, añadiéndole
además, que la película en si es un rollazo de tres pares de pelotas. Una
película muy intrascendente dentro de la filmografía de Paul Naschy.
Me gustaría saber la opinión del público gay, tan agradecido con lo suyo, ya que a fin de cuentas la película es una
intrusión en su mundo. Vemos actuar a un icono en un templo, esto es; vemos a
Paco España hacer un show musical en el escenario del mítico “Gay Club” de
Madrid. Hasta ahí bien, pero el manazas del director no ha sabido sacar partido
al colorido del espectáculo homosexual –que es por lo que se caracteriza- y a
la alegría que desprende, siendo iluminadas estas actuaciones como si de una
película de velatorios se tratase, quedando
todo ello mas pulposo y grasiento que los sucios tugurios de “A la
caza”.
Por otro lado, tanto en su guión como en su “interpretación”
si que noto algo de condescendencia por parte de Molina a los gays y
transexuales. Dios me libre de acusarle de homófobo; de hecho de esta película
sacó grandes amigos del mundo gay –Pierrot, sin ir más lejos sería uno de
ellos- pero es la sensación que me queda.
Con todo, una película así en la época, le trajo problemas a
Naschy, como todas aquellas en las que por unos motivos u otros, se metía en
camisa de once baras.
Mala, mala a rabiar. Esa es la única e incuestionable
verdad, pero como todas las ponzoñas, curiosa e interesante, cosa esta que no
se puede decir de la mayoría de películas buenas. Ahí queda.
Junto a Naschy y Lys, completan el reparto Vicente Parra,
Sandra Alberti y Eva Robin.
El manazas del director del que antes hice mención, se
llama José Jara, que solo tiene un par
de películas más dirigidas. A saber quién cojones era.
Victor Olid
miércoles, 23 de diciembre de 2015
LOS FOTOCROMOS (Y EL POSTER) DE "ESTAMOS MUERTOS... ¿O QUÉ?" (+ CHUCHE NAVIDEÑA)
Supongo que no voy errado si culpo al inefable José Frade del extravagante y poco ajustado título Español de esta peli originalmente nacida como "Dead Heat". Lo digo porque Frade fue su distribuidor y porque, ¿cómo logras que "Dead Heat" se mute en... "Estamos muertos... ¿o qué?"?. ¡¡Fascinante!!.
Nos encontramos ante una obra menor surgida durante la segunda mitad de los 80 y de la que casi nadie parece acordarse. Esencialmente se trata de una comedia, o una comedia de acción con amplios ribetes fantásticos. También encajaría de perlas en la etiqueta de "buddy movie de la vieja escuela".
“Dead Heat” cuenta con una muy buena idea de base algo desaprovechada por culpa de la carencia de medios. Dos polis, uno más conservador y seriote (armado con una magnum 44) y el otro más golfo y despreocupado, se quedan asombrados al acribillar a un par de delincuentes que parecen indestructibles. La investigación del caso les lleva hasta una gran corporación farmacéutica que cuenta con una máquina capaz de revivir a los muertos. Uno de estos ronda por allí y, durante la inevitable pelea, el poli encorbatado fallece. Su colega y la chica guapa de la peli (a la que le espera un final realmente impactante) le devuelven a la vida por tiempo limitado, oportunidad esta que el tipo aprovechará para acabar de resolver el entuerto, llevándose a unos cuantos por delante.
Quizás lo más logrado de "Estamos muertos... ¿o qué?" sea la parte final, en la que, casi a modo de "Terminator", el poli zombie, visiblemente desmejorado tras recibir un baño de fuego, se presenta en la guarida de los malos y la emprende a tiros con todos sin inmutarse (a pesar de los muchos que también recibe). Resulta que entre estos se encuentra nada menos que el inmortal Vincent Price en la que sería una de sus últimas actuaciones para el cine. Le acompaña otro nombre entrañable, Darren McGavin, más conocido como "Kolchak", el periodista especializado en casos sobrenaturales que tanta huella dejó en su pase por las televisiones del mundo civilizado por ahí los 70.
A los polis les dan vida/muerte Treat Williams, actor de irregular carrera que descubrí gracias a esta película, y Joe Piscopo, un comediante surgido de la cantera del "Saturday Night Live", con sus músculos, su "mullet" y su cara de pasmao, del que no sabía nada entonces y que poco ha hecho después.
Completan el reparto en escuetos roles Robert Picardo (habitual de Joe Dante), Keye Luke (el Master Po de la serie "Kung-Fu", pero que los de mi quinta conocerán sobre todo por ser el anciano cuidador del gremlin "Gizmo") y Shane Black, guionista de "blockbusters" y director de "Iron Man 3". Por ahí aparece sin acreditar la "scream queen" Linnea Quigley, que poco después se liaría en plan serio con el tipo que se encargaba de buena parte de los maquillajes, Steve Johnson.
Terry Black, guionista, posteriormente firmaría un buen puñado de los manuscritos del "Tales from the crypt" televisivo.
Del director ya he hablado con anterioridad, Mark Goldblatt, montador de primera división a quien debemos el corta y pega de varias cult-movies ("Piraña", "Humanoides del abismo", "Aullidos") y tantos otros estandartes del cine de acción ochentero ("Terminator", "Rambo", "Commando"). Debutaba como mandamás en el caso que nos ocupa, lo que le llevó a dirigir la injustamente mal tratada pero apreciable "The Punisher/Vengador" con Dolph Lundgren. Esta última, y salvo un desliz televisivo, significaría el fin de su carrera como director.
En definitiva, estamos ante una película sencilla, nada deslumbrante, trufada de errores (se supone que los zombies no sangran, pero los impactos de bala que recibe Treat Williams son bien rojos), aunque medianamente entretenida y simpática.
En cuanto a los fotocromos, llama la atención la notable cantidad de imágenes que luego NO aparecen en el largometraje. Veamos: Ese zombie verde estrangulando a la chica o Joe Piscopo echando babas son dos momentos que yo no vi cuando me la puse hace un par de días, y tampoco cuando la consumí de chaval. Raro. Pinta a caos durante la producción y remontaje desesperado. A saber dónde está ese material y porqué no fue finalmente utilizado. Algún día conoceremos la historia completa. De mientras les invito a gozar de lo que sigue, que no carece de gracejo, especialmente el póster, con esos dos polis ¿descabezados? que, para variar, se unen al carnaval de grotesquerías propias de nuestra distribución cinematográfica.
Nos encontramos ante una obra menor surgida durante la segunda mitad de los 80 y de la que casi nadie parece acordarse. Esencialmente se trata de una comedia, o una comedia de acción con amplios ribetes fantásticos. También encajaría de perlas en la etiqueta de "buddy movie de la vieja escuela".
“Dead Heat” cuenta con una muy buena idea de base algo desaprovechada por culpa de la carencia de medios. Dos polis, uno más conservador y seriote (armado con una magnum 44) y el otro más golfo y despreocupado, se quedan asombrados al acribillar a un par de delincuentes que parecen indestructibles. La investigación del caso les lleva hasta una gran corporación farmacéutica que cuenta con una máquina capaz de revivir a los muertos. Uno de estos ronda por allí y, durante la inevitable pelea, el poli encorbatado fallece. Su colega y la chica guapa de la peli (a la que le espera un final realmente impactante) le devuelven a la vida por tiempo limitado, oportunidad esta que el tipo aprovechará para acabar de resolver el entuerto, llevándose a unos cuantos por delante.
Quizás lo más logrado de "Estamos muertos... ¿o qué?" sea la parte final, en la que, casi a modo de "Terminator", el poli zombie, visiblemente desmejorado tras recibir un baño de fuego, se presenta en la guarida de los malos y la emprende a tiros con todos sin inmutarse (a pesar de los muchos que también recibe). Resulta que entre estos se encuentra nada menos que el inmortal Vincent Price en la que sería una de sus últimas actuaciones para el cine. Le acompaña otro nombre entrañable, Darren McGavin, más conocido como "Kolchak", el periodista especializado en casos sobrenaturales que tanta huella dejó en su pase por las televisiones del mundo civilizado por ahí los 70.
A los polis les dan vida/muerte Treat Williams, actor de irregular carrera que descubrí gracias a esta película, y Joe Piscopo, un comediante surgido de la cantera del "Saturday Night Live", con sus músculos, su "mullet" y su cara de pasmao, del que no sabía nada entonces y que poco ha hecho después.
Completan el reparto en escuetos roles Robert Picardo (habitual de Joe Dante), Keye Luke (el Master Po de la serie "Kung-Fu", pero que los de mi quinta conocerán sobre todo por ser el anciano cuidador del gremlin "Gizmo") y Shane Black, guionista de "blockbusters" y director de "Iron Man 3". Por ahí aparece sin acreditar la "scream queen" Linnea Quigley, que poco después se liaría en plan serio con el tipo que se encargaba de buena parte de los maquillajes, Steve Johnson.
Terry Black, guionista, posteriormente firmaría un buen puñado de los manuscritos del "Tales from the crypt" televisivo.
Del director ya he hablado con anterioridad, Mark Goldblatt, montador de primera división a quien debemos el corta y pega de varias cult-movies ("Piraña", "Humanoides del abismo", "Aullidos") y tantos otros estandartes del cine de acción ochentero ("Terminator", "Rambo", "Commando"). Debutaba como mandamás en el caso que nos ocupa, lo que le llevó a dirigir la injustamente mal tratada pero apreciable "The Punisher/Vengador" con Dolph Lundgren. Esta última, y salvo un desliz televisivo, significaría el fin de su carrera como director.
En definitiva, estamos ante una película sencilla, nada deslumbrante, trufada de errores (se supone que los zombies no sangran, pero los impactos de bala que recibe Treat Williams son bien rojos), aunque medianamente entretenida y simpática.
En cuanto a los fotocromos, llama la atención la notable cantidad de imágenes que luego NO aparecen en el largometraje. Veamos: Ese zombie verde estrangulando a la chica o Joe Piscopo echando babas son dos momentos que yo no vi cuando me la puse hace un par de días, y tampoco cuando la consumí de chaval. Raro. Pinta a caos durante la producción y remontaje desesperado. A saber dónde está ese material y porqué no fue finalmente utilizado. Algún día conoceremos la historia completa. De mientras les invito a gozar de lo que sigue, que no carece de gracejo, especialmente el póster, con esos dos polis ¿descabezados? que, para variar, se unen al carnaval de grotesquerías propias de nuestra distribución cinematográfica.
Pero no acaba aquí la cosa, queridos.
Dadas las fechas en las que nos encontramos, y dado lo muy Navideños que somos en este blog -además de verdad-, he decidido finiquitar con la sorpresa que me llevé al darle la vuelta a los fotocromos para ponerlos en el escaner. Está claro que el dueño del cine -el "Retiro" de Sitges- no valoraba mucho el material, porque lo usaba para otras funciones más allá de colgarlos en las vitrinas. En este caso se trataba de anunciar una curiosa doble sesión que el hombre se sacó de la manga para la platea infantil: "Estamos muertos... ¿o qué?" y "Abyss". Habría que debatir si estas dos pelis podrían considerarse adecuadas para un público de esa edad (una por violenta y la otra por "demasiado seria"... ¡o demasiado aburrida!), pero no deja de resultar curioso que ambas tengan dos puntos de conexión: Que sus directores venían de la factoría de Roger Corman y que en ambas participaba en los efectos visuales Ernest D. Farino, quien gracias a Cameron dio el salto al cine de gran presupuesto, pero que en sus inicios curró para Don Dohler, Jim Wynorski o en pelis tan oscuras como "Extraño" (y no lo digo porque se desarrolle en los interiores de una gruta). ¡¡Que maravilloso es el mundo del cine fantástico, amigos!!... ¡¡y qué maravillosa es la Navidad!!.
¡Felices Fiestas a todos, putos!.
Dadas las fechas en las que nos encontramos, y dado lo muy Navideños que somos en este blog -además de verdad-, he decidido finiquitar con la sorpresa que me llevé al darle la vuelta a los fotocromos para ponerlos en el escaner. Está claro que el dueño del cine -el "Retiro" de Sitges- no valoraba mucho el material, porque lo usaba para otras funciones más allá de colgarlos en las vitrinas. En este caso se trataba de anunciar una curiosa doble sesión que el hombre se sacó de la manga para la platea infantil: "Estamos muertos... ¿o qué?" y "Abyss". Habría que debatir si estas dos pelis podrían considerarse adecuadas para un público de esa edad (una por violenta y la otra por "demasiado seria"... ¡o demasiado aburrida!), pero no deja de resultar curioso que ambas tengan dos puntos de conexión: Que sus directores venían de la factoría de Roger Corman y que en ambas participaba en los efectos visuales Ernest D. Farino, quien gracias a Cameron dio el salto al cine de gran presupuesto, pero que en sus inicios curró para Don Dohler, Jim Wynorski o en pelis tan oscuras como "Extraño" (y no lo digo porque se desarrolle en los interiores de una gruta). ¡¡Que maravilloso es el mundo del cine fantástico, amigos!!... ¡¡y qué maravillosa es la Navidad!!.
¡Felices Fiestas a todos, putos!.
Naxo Fiol
lunes, 21 de diciembre de 2015
SANGRE AMERICANA
Gracias a la editorial Autsaider cómics que está editando
una serie de volúmenes del Underground USA de lo más interesantes, y gracias, también, a que se atreven a editar material
poco convencional -y/o como ellos mismos dicen “somos una editorial que publica
obras de retrasados mentales”-, descubro a un dibujante llamado Benjamín Marra,
que a priori no me llamó demasiado la atención en la forma de dibujar. Es un
dibujo tosco y tieso. Luego examinándolo, llegas a la conclusión de que en
realidad es un dibujo extraño e inquietante, fruto de una mente, cuando menos,
perturbada. Y es que el tal Benjamín Marra es un tipo excéntrico, una estrella
del Underground que no se corta en posar con gafas de sol, abrigo y sin
camiseta para aparecer en las contraportadas de sus cómics. Un egomaníaco, la
estrella es Benjamín Marra por encima de su obra… pero paradójicamente, lo
bueno es su obra.
Más interesante me resulta como surge él en la escena; con
una serie de tebeítos de grapa auto editados, en papel de mala calidad y bajo
su propio sello al que llama “Cómics tradicionales”. Autsaider lo que hace es
recopilar esos tebeitos y ponerlos a disposición del lector en un tomo de lujo,
que es una pasada. Una edición cuidadísima e inmejorable, que bien vale los 19 Euros que
cuesta el tocho. Solo por bonito.
Y luego está lo que viene dentro, los tebeos.
Teniendo en cuenta que Marra siempre va a ser un individuo
interesante, cuya principal característica está en que se basa en los
subgéneros cinematográficos y musicales. Así, tenemos historias protagonizadas
por raperos (“Gangsta Rap Posse”, mi tebeo favorito dentro del recopilatorio),
estrellas del rock (“The Naked Heroes”) que existen en la vida real, en
historietas en las que van circulando guiños al Blaxploitation (“Lincoln
Washington Free Man”), Disco Movies, Slasher , el cine de justicieros (todo
mezclado en “Night Bussiness”) y montones de referencias más. Siempre posicionándose
en sus historias al lado de personajes marginados. En “Sangre Americana”, no
hay héroes al uso; aquí mandan las minorías étnicas y las mujeres, por lo que,
muy pícaramente, el cabrón de Marra se permite el lujo de introducir todos los
gags racistas o machistas que le da la gana, pero, claro, no se le puede echar
en cara. Muy listo.
Entonces teniendo en cuenta todo esto, la lectura del cómic,
su contenido, es irregular. No me malinterpreten, va a gustos, el cómic es
buenísimo; pero así, me decanto por las historias de negratas y esclavos dónde
Marra se toma mayores licencias para hacer lo que le da la gana. “Gangsta Rap
Posse” no tiene moral ninguna. Estos raperos hacen verdaderamente lo que les
sale de los cojones y se cargan a todo el mundo, sea quien sea. Vamos, que
recrea las fantasmadas de los raperos y las eleva a una nueva categoría. Gore,
sangre y violencia a tutiplén. Lo mismo se puede decir de la otra historia protagonizada
por negros, “Lincoln Washington Free Man”, dónde los personajes que van a ser reventados son antipáticos
negreros. Aquí, hay un par de cosas sorprendentes, en lo que a violencia
gráfica se refiere. La siguiente historia, por los entendidos considerada la
mejor, a mí sin embargo no me gusta demasiado y me aburre: “Maureen Dowd” sobre
una famosa columnista, que está buenísima, queda por la noche con George
Clooney para follar y desde por la mañana intentan matarla de multiples
maneras. Bajo mi punto de vista, la más floja. “The Naked Heroes” es una
chorradita simpática y “Madmaxiana” en la que un dúo de rock, en una dimensión
paralela, o universo alternativo, se
tiene que relacionar con los autóctonos y con una especie de centauro con dos
cuerpos… una cosa muy rara. Y para finalizar, y a la que se le dedica más
páginas, “Night Business”. Un desmadre de violencia, Strippers, un asesino con
máscara que las acuchilla a estas
putillas, una superviviente a ese asesino que toma su venganza adoptando el
look de ¡¡”El Exterminador”¡¡ y sobretodo toneladas de violencia. Mucha,
demasiada, tanta que a un individuo como yo, que ya ha visto de todo, casi le
ofende….
En definitiva, “Sangre Americana” es una obra brutal y
diferente que merece mucho la pena descubrir y leer. Yo lo recomiendo
encarecidamente, no solo esto, si no la mayoría del catálogo de Autsaider
–excepto el recopilatorio de Subterfuge… puaaaaag!!! MAL!!- que es de lo más
variopinto e interesante.
Victor Olid
domingo, 20 de diciembre de 2015
LOS FOTOCROMOS DE "GREMLINS"
Empezamos con la fiebre de los fotocromos navideños, con los pertenecientes a la peli de terror -porque "Gremlins" es de terror- navideña, por antonomasia. Ya está todo dicho en su correspondiente reseña.
Ahí lo llevan!!
Ahí lo llevan!!
Victor Olid