Pero es que además del Fernando Fernán Gómez alagado por la
intelectualidad del cine español, ese que es entrevistado durante horas en el
pretencioso documental de David “te odiamos a ti y a toda tu familia” Trueba, tenemos otro
Fernando Fernán Gómez que no atina y cuyas películas no gustan a nadie. Ese es
el que aquí reivindico, por supuesto. De ese tipo está “Pesadilla para un Rico”
tan mala (pero divertida) que es para mear y no echar gota, verla y no acabar
de creerla, y que los estudiosos omiten a la hora de hacer sus retrospectivas en honor al
director, y la que nos ocupa, que los mismos plumillas de los que os hablo, no
han tenido los cojones de defenestrar, ni ignorar ni pronunciarse al respecto
porque de tonta y de jodidamente extraña, es muy probable que los hijos de puta
no sepan ni que cojones están viendo.
Pero es muy sencillo; se trata de una comedia negra,
negrísima, que también tontea ligeramente con el fantástico que además es un musical
y también es una zarzuela. Además de eso, está rodada con un presupuesto tan
ínfimo –los productores no se estiraban ni lo más mínimo- que podría
considerarse una película de Serie Z.
Fernán Gómez leyó en su momento en la prensa, como en un
pueblo de estos perdidos de la mano de dios, un individuo, con el afán de rejuntarse
y pacer en el lecho de la esposa de su tío,
parte a este la cabeza en dos con un hacha. Cuando le preguntaron que
como es que había hecho esto, dijo al juez que había sido alentado por la bruja
local, en realidad, una señora con mucha jeta que vivía de sacarle los cuartos
a la credibilidad de estos gañanes de pueblo
A Fernán Gómez le entusiasmó este asesinato tan de aquí, de
la españa negra, y decidió hacer una película al respecto, pero lejos de hacer
la típica crónica negra del asunto –como si haría Paul Naschy con “El Huerto del Francés”- , el caso en concreto le parece tan divertido que decide transformarlo en una
comedia. Es más, lo convierte en una Zarzuela cinematográfica. Con lo que
tenemos una cosa muy rara, tomada como a chufla, en la que cada dos por tres
los actores se ponen a hacer playback de Zarzuelas, interpretadas por voces
enormemente distintas a las de ellos… mientras, en tono casi vodevilesco, vemos
los avatares de este muchacho que quiere quedarse con la mocita que es la mujer
de su tío.
No gustó a nadie, en cines la vieron unos discretos 300.000
espectadores, pero a mí esta chabacanería –porque es cutre como ella sola- me
parece una película estupenda, entretenida y un claro reflejo de lo loco que
estaba el cine español de la transición. Que lastimita comparado con el de
ahora.
Así, tenemos vestidos con boina y haciendo de gañanes de
pueblo rozando la sobreactuación, al propio Fernán Gómez, a Paco Algora, y bien
moza y mostrando su par de tetas bien puestas a Emma Cohen, quien siendo
radicalmente más joven que Fernando Fernán Gómez, pronto este le convertiría en
su compañera sentimental hasta el día de su muerte.
Haciendo de la bruja que da título a la película, una
magnífica Mary Santpere, graciosa como ella sola.
Muy curiosa la película. Para guardarla en un dvd.