Paul Smith actor estadounidense
que un buen día viajó hasta Israel para hacer un papel en la película “Exodo”,
hizo muy buenas migas con ese país. Tanto que se quedó alli. Iba viajando de
aquí para allá por motivos políticos y laborales, haciendo pelis en Alemania,
USA y demás, pero fijó su residencia el Tel Aviv. Pronto, las películas de Bud Spencer y Terence Hill pegaron el pepinazo en medio mundo. Y como más o menos
Paul –Lawrence- Smith se parecía un poco a Bud Spencer, a un productor sin
escrúpulos Israelí, se le ocurrió hacer una película explotando en, no tan notorio parecido. Así,
este tenía que hacer ver que era Bud Spencer,
tenía que imitarlo y dar mamporros a tuti plen en esa película. Esa
película se tituló “Fishke Bemilu’im” y se convirtió en un éxito mayor que
cualquiera de las verdaderas películas de Bud Spencer, a menos en Israel, por lo que se quedó allí como clon oficial del
actor Italiano, si bien era cierto que el público en realidad pensaba que era
el verdadero Bud Spencer. Y gracias a esto, Paul hizo películas como clon de
Spencer en Italia y Alemania tan ricamente. Lo mejor de todo es que gracias a
su popularidad, y a que era estadounidense, en los años ochenta pudo volver a
su país a hacer cine mainstream. Pero claro, allí no era una estrella. En
Israel si, y como su mujer, familia y amigos eran de allí, pronto volvió al
país que le había tratado tan bien y se fue a pasar sus últimos años de vida al
país del que llevamos un rato hablando (dije que no me extendería… en fin, ya
saben como va esto). Y todo esto gracias
a la película “Fishke Bemilu’im” que en su edición en vídeo en nuestro país se
tituló “Si me enfado… lo rompo todo” y que tras mucho buscar, por fin pude
encontrar, más que nada porque alguien tuvo la bondad de colgar en la red un
montaje de aquellos.
Y claro, como era de suponer, en nuestro país, la gente picába
con la película. Y muchos tampoco distinguían al original del clon.
Yo en aquella época era
más o menos fan de Spencer/Hill, la edad era la idónea ya que era yo muy
niño y de la misma manera que les digo que en su momento piqué con la estafa
videoclubera que era la película “Otra Loca Academia de Policía” (remítoles al
pest seller), también les digo que, a pesar de lo tuneadísima que estaba esta
carátula para que Smith pareciera Bud Spencer, cuando examiné la misma siendo
infante con el fin de alquilarla, desistí porque me parecieron nombres muy
extraños los que en la carátula aparecían, y no veía el nombre de Bud Spencer por ningún lado. Así
que, tonto de mí, nunca la alquilé… de hecho todo el interés por los clones me
vino ya de más mayor, cuando desarrollé cierta (odio llamarlo así) cinefágia.
¿La película? Es lo de menos, lo bueno es la historia que
hay detrás. Pero como además esta ya la sabían porque la he contado más veces
en este blog, que menos que comentarla aunque sea por encima.
Dos amigos de los campos de trabajo Israelíes, deciden
asociarse e ir a buscar trabajo a Tel Aviv, con el fin de salir un poco de la
miseria que arrastran. Una vez en la ciudad tendrán que usar sus puños para
salir de las dispares situaciones que vivirán, ya sean estas acudir a fiestas
de disfraces donde un grupo de funk autóctono se canta canciones horrorosas
enteras sin que la cámara cambie de plano ni una vez, ya sea Paul Smith seducido por un homosexual,
que más que seducir, acosa con el clásico “no sabes lo que te pierdes”.
Pues además de lo bizarra que resulta, lo exótica y el hecho
de que los homosexuales son retratados en esta película como seres casi
diabólicos –uno de los malos es homosexual y resentido- o que las peleas,
tratando de imitar las de Spencer/Hill, acaban siendo una cosa extrañísima y
hasta violenta porque hay moratones y sangre (cosa que en las de Spencer/Hill,
no), lo cierto es que, siendo mala como es –y ha de ser- la película es
condenadamente entretenida, lo que resulta ser un valor en alza si además
añadimos todo lo demás que he dicho antes. Así que si, merece la pena verla
también, aunque no haya mucho más que contar. ¿Les parece poco?