La cosa no podía ser más acertadaza que se trataba de juntar
a los mejores historietistas de la revista satírica “El Papus” –que luego
veríamos durante años en otra revista
satírica que se ha convertido en la actualidad en una moñada como es “El
Jueves”- y hacerles hacer un corto animado a cada uno a su estilo. Así,
dirigidos por Jordi Amorós, más conocido en su faceta como dibujante de cómics
como “Ja”, tenemos un largometraje compuesto por cortometrajes cuyas
paternidades corresponden nada menos que a Gila, Chummy Chumez, Fer, Ivá,
Óscar, El Perich o el propio Ja.
A esa colección de cortos animados, hay que sumarle la intervención
como maestro de ceremonias a Manuel Vázquez, que como si se de Walt Disney se
tratase, nos presenta la colección de cortos que vamos a ver. Doblado de pena,
y con un look de la más peculiar -camiseta de tirantes ceñida, marcando
barrigón y pantalones de vestir y zapatos- Vázquez protagoniza otra de sus
escuetas intervenciones en el cine.
Y la película, más allá de la curiosidad que siempre
provocan estos productos, la verdad es que no me funcionó en absoluto. Y es que
el cómic satírico no es un buen material para adaptar al cine. Además que estas
animaciones beben directamente de las viñetas, nos da el mismo tipo de humor a
tempo de cómic, literalmente hablando –cosa por otro lado absolutamente normal
si tenemos en cuenta a sus artífices que son historietistas, ni animadores, ni
cineastas- entonces el resultado se resiente un poco. Cierto que alguno de los
cortometrajes funciona, pero a rasgos generales la película entera es tosca,
aburrida y lenta.
Cuando la película se estrenó en cine fue un fracaso
congregando poco más de 18.000 espectadores a las salas. Los productores achacan este fracaso al
exotismo del producto, una película de dibujos animados para adultos no del
todo erótica, ni crítica socialmente, no encontró su público en una época en la
que se imponía el cine “S” y las cosas un poco más picantes. Tampoco tuvo la
distribución deseada allá en 1979.
Tampoco las televisiones mostraron mucho interés, y en definitiva, se
trata de una cinta que ha pasado bastante inadvertida con el paso de los años.
Y aunque expertos en cine de animación y en coleccionismo
del mismo la consideran una rareza, una joya dentro de la animación de nuestro
país, lo cierto es que mi teoría es que esta película no funcionó y siempre fue
escasa de interés, porque en realidad es una mala película. Que si, que quienes
la hicieron puede que sea histórico, pero no. Ni la animación es buena, ni las
historias están sembradas. Eso si –y como digo siempre- para saciar la
curiosidad y como pieza extraña que coleccionar, nos vale y nos sobra.
A parte de sus ediciones de la época durante la era dorada
del vídeo club, en dvd existen dos ediciones; una infecta que sacó DVDSpain
hace unos años, y la que viene incluida dentro de un excelente –e interesante-
pack de Cameo titulado “Del trazo al Píxel” y que recopila lo más granado, raro
y curioso de la animación española, que incluye esta película remasterizada y
en todo su esplendor, así como piezas animadas de pioneros como Segundo de
Chomon, o José Escobar, el papá de “Zipi y Zape” que también fue una pieza
clave de la animación española, allá en los años 40.