No es que se trate de una mala película, ni mucho menos. En
su momento, 1991 resultaba una comedia trepidante de ritmo endiablado que
combinaba con gran precisión acción y
risas, con Michael J. Fox en la cima de su carrera, y James Woods siendo
versátil en sus registros actorales. O al menos, esa es la sensación que he
tenido yo durante años sobre una película que me gustaba horrores. Con esa
mentalidad me la puse anoche, con el fin de pasar una hora y media de puro
entretenimiento que me dejara satisfecho y contento, sin más pretensión, antes
de irme a la cama.
Y si bien es cierto que la película está bien dirigida, bien
montada y que el guion, sin ser una obra maestra, cumple con su cometido,
durante el reciente visionado me pareció una autentica patochada, nada
graciosa, vergonzante por momentos, simplona, y que toma al espectador por un
autentico gilipollas; pero esto es lo normal. El problema es, que aún con una
factura técnica impecable, lo que le ocurre a esta película es que le han
bastado 20 años para quedarse vieja, que es lo que le pasa a la mayoría del
grueso del cine de los noventa. Le pilla en una transición entre el cine
espectáculo de los 80 y las nuevas tecnologías de la década pasada y la actual,
y sobrevive al paso de los años peor que el cine de los años 50. Porque, en lo
que a producciones mainstream se refiere, los sesenta ya nos muestra una forma
más o menos contemporánea de contar historias. Los 70, fue una década cojonuda,
las películas que mejor sobreviven al paso del tiempo, las mejores, son las de
los 70. Los 80, nostalgia y postmodernismo aparte ha dado títulos míticos que
aunque se pueden quedar anticuados igualmente, no lo hacen tanto como las
películas de los 90 que son, verdaderamente mierdosas. Y “Colegas a la fuerza”,
es el claro ejemplo de una película que, siendo molona y vibrante en su
momento, hoy se ha quedado en mera sombra de lo que fue en su momento.
Una “Buddy Movie”, por otro lado, un género que proliferó
mucho en esa época, que cuenta la
historia de Nick Lang, un actor de súper producciones que harto de protagonizar
papeles insustanciales, decide pasar una temporada al lado de un duro policía
de Nueva York, viviendo su vida para componer un personaje al que aspira y el
cual le gustaría interpretar. El policía en esos momentos está investigando el
caso de un psicópata asesino llamado “El Aguafiestas”, y la intromisión del
actor durante la investigación, dará pie a situaciones cómicas y/o de acción.
La dirige todo un figura como era John Badham que dirigió la
obra maestra “Fiebre del Sábado noche”, el “Drácula” del 79, “Juegos de Guerra”
y también, productos noventeros
anticuados como “Salto al peligro” o “A la hora señalada” a los que les
pasa lo mismo que a este “Colegas a la fuerza”, y en los que Badham, lo único
que hace son labores de director de estudio.
Como anécdota, comentar que, además de papeles para los
raperos L.L. Cool J. o Mos Def, aparece en la película la musa de “Fiebre del
Sábado Noche”, Karen Lynn Gorney, que desde aquella hasta esta, pasaron 15 años
en los que no hizo ni una sola película, y aquí, tiene un papelito anecdótico
en el que ni siquiera tiene texto. Supongo que se casaría, el marido la
retiraría de la actuación, se divorciaría, y volvería al redil, porque tras
“Colegas a la fuerza” si ha hecho cine con mayor regularidad.