Pero claro, una película que trata sobre una moto vampiro, y
con ese título, no es para tomársela muy en serio, parece una cosa
intencionada, una película más que forma parte de ese extraño subgénero en el
que objetos y/o alimentos inanimados cobran vida para matar personas -¿Qué nombre
tendrá este subgénero?- al que pertenecen “El ataque de los tomates asesinos” o
“Rubber” o “La Masacre del Microondas”, todas, poco más que comedias paródicas.
Amén de un título que homenajea a los clásicos de los años 50, aquellas
películas que comenzaban con el “I Was…” en el título.
Sin embargo, viendo la película, me da en la nariz que sus
artífices se la toman más en serio de lo que parece. Es más, el humor que hay –
que lo hay- es nimio, y me da la sensación de que querían hacer una película de
terror.
Britanica hasta la médula –y con aspecto totalmente British-,
cuenta la historia de un Ocultista que es asesinado por una panda de moteros.
El alma de este posee a la moto de uno de ellos. Pasa el tiempo y un amante de
las motos compra esta moto poseída y la somete a una reparación; le falta
tiempo para cobrar vida y ponerse a matar gente, en busca de moteros a los que
llevarse por delante. Entre medias, da tiempo hasta a practicarle un exorcismo
a la puta moto. Y claro, su nuevo dueño, deberá detenerla para que deje de
matar.
En realidad es una tontería cuyo interés radica en lo
descabellado de la propuesta, si bien, al final, y como ya he dicho, la
película se toma en serio en si misma y la vemos como lo que es; una película
sobre espíritus que en lugar de poseer personas poseen objetos.
Hay un par de momento con la moto acorralando a sus víctimas
que pueden incluso poner al espectador en tensión, pero solo unos segundos,
porque rápidamente volvemos a la moto y
una moto no da miedo. No es “Christine”.
Destacaría el gore, cuando tardíamente hace acto de
presencia, ya que este es bien jugosito, logrado y bien traido, y pone la nota
de color a una película que tiende al tedio por encima de cualquier otra cosa.
No llega a simpática, no es una comedia, tampoco es una
película de terror, pero tiene su gracia.
El director, Dirk Campbell, ya después de esto se dedicó a
la televisión, y en el reparto actores Ingleses, no dejando de ser curiosa la
presencia de Anthony Daniels, que si aquí hace del cura que Exorciza y persigue
a la moto vampiro, es popular por haber dado vida a C3PO en la saga de “Star
Wars”.
Huelga decir, que es malísima, pero tiene su nosequé.