Entramos en terreno peliagudo. Los habituales de este blog sabéis de mi amor por el clásico de Sam Raimi, la original. Todo lo demás, bueno, lo puedo mirar con simpatía, me puede gustar, etc… pero nada llega al nivel de la primera y, en el fondo, me mosquea un poco cómo la han desvirtuado con lo que vino después. Y claro, de entrada, una serie de televisión basada en “Posesión Infernal” daba mucho mucho miedito. Esto me lo dicen de chaval, cuando acababa de verla y alucinar con ella y, en fin, me da un ataque de risa que me dura hasta hoy. Pero los tiempos han cambiado y pensé que, tal vez, no estaría tan mal. Así que me agencié el primer capítulo. Lo vi aceptando desde buen principio su obvia condición de semi-comedia (ya sabéis lo que opino al respecto), de verdadera continuación de “El ejército de las tinieblas” antes que las dos precedentes y, en fin, pasé un buen rato en el trayecto. Así que no dije “nain” al segundo capítulo, solo que esta vez mi reacción fue menos positiva. Me resultó previsible y aburrido. Esquemáticamente parecido al primero, y pensé “Buf, si esto va a ser toda la serie, que cada nueva entrega sea la llegada de "Ash" a un escenario concreto, muerte truculenta de un poseído, y vuelta a la carretera, vamos mal”. Así que, honestamente, decidí no continuar.
Con el tiempo y una caña, me llegaron imágenes de "Ash vs. Evil Dead" en las que salía de nuevo la cabaña del bosque, lo que despertó un poco al fan que hay en mi ya que, después de todo, es la esencia de la franquicia y nunca me convenció mucho que sacaran a "Ash" de ella. Si volvían a tan emblemático lugar, tal vez valdría la pena darle otra oportunidad. Así que recurro a un amigo para que se descargue material a partir del episodio tres. Y lo hace. Y me los manda. Y la veo. Y resulta que el tres es mejor que el dos. Y cuatro que el tres. Poco a poco deja de resultar previsible. Además, aumenta el elemento terror y se mantiene el truculento, mezclando CGI con efectos "old school". Y encima, se sacan un monstruo de la manga requetechulo (“Eligos”). Oye, pues si hasta me está gustando y todo.
En este justo instante puedo decir que ya he visto entera la primera temporada y que, a pesar de las apariencias, la cosa se ha resuelto muy positivamente. Vamos, que sí, que me ha gustado "Ash vs. Evil Dead". Y es que, cojones, eso de que los últimos tres capítulos se desarrollen en la cabaña, y además de rebajar un pelo el tono cómico y aumentar el bizarro, vaya tirando de pequeños guiños a las pelis precedentes, con alusiones directas de toda clase (desde ideas que son retomadas a imágenes de los dos primeros "Evil Dead" perfectamente insertadas), pues ¿qué quieren que les diga?, inevitablemente apela al gilipollas romántico y nostálgico que hay en mí. Y me lo pasé teta.
¿Lo que precede a ese material?, pues también está bien. Unos capítulos son mejores que otros, algunos son mero relleno que aportan bien poco, hay ideas y efectos de CGI discutibles (¡¡ese terrible esqueleto surgido de las llamas!!) y el personaje al que da vida Lucy Lawless que, bueno, sí, está bien, pero apesta un poco (sobre todo a nepotismo, que para algo es Doña Tapert). Pero también hay secuencias muy potentes, como la masacre en el restaurante y, ¡qué carajo!, unas pocas dosis de incorrección política, que tampoco vienen mal. Se cargan algunos niños y el personaje de Bruce Campbell es realmente un cretino insufrible. Pero es quien es, y lo perdonas (¡sobre todo cuando en un diálogo echa pestes de "El Padrino" y alaba "Death Wish"!).
Otro detalle inesperadamente potente es la selección musical, realmente lograda, muy adecuada y coherente con el tono de la serie. Destaca la aparición del grupo pre-punk "Death", por el tema, por donde lo colocan y porque, bueno, molan mucho.
Lo dicho, que la serie está guapa. Los fans de la franquicia de "Evil Dead" (incluyo aquí las tres pelis, los tebeos, el merchandising, etc), con todos sus altibajos y cambios de tono, babearán desde el primer capítulo. Los otros, los que son un poco más puñeteros y consideran que como la primera, ninguna, tendrán que intentar dejar esas manías en la puerta antes de darle al "play" porque, si lo hacen, encontrarán no pocos momentos de gozo espiritual.
La pregunta del millón es, ¿ahora que ya han jugado la carta de la cabaña en el bosque?, ¿cuál será el gancho de la segunda temporada?. Mmmmmh, no sé. Supongo que, simplemente, habrá que verla. Y sí, pienso hacerlo.