Por otro lado, si las comedietas de corte erótico
clasificadas “S” eran un coñazo de padre y muy señor mío, esta sin embargo, con
lo tontorrona que es, resulta harto entretenido y se ve en un suspiro,
poseedora, con sus poquitos medios, de un ritmo dinámico y firme.
Víctor es un vago de padre y muy señor mío que no quiere dar palo
al agua. Su novia le dice que si lo que quiere es hacerse rico, lo mejor que
puede hacer es irse a pedir limosna, y eso hace, lo que les permite cada día
comer ostras y gambas. Un buen día llega un granujilla, un huérfano con el que
se asocia y el negocio parece prosperar con un niño en la mendicidad, hasta tal
punto que el paso siguiente a pedir en la calle es convertirse en una estrella
de cine. Ahí comenzarán los problemas ya que tanto besuqueo con su partenaire
femenina, provocará los celos de su novia.
Sin mucha más historia, y sin estridencias, el trío
protagonista lo forman Paco Morán, Mary Francis y Jorge Sanz –mucho mejor actor
de niño que de adulto-, secundados por Fernando Guillén y Linda Lay, que luce
unos rizos a la permanente que, paradójicamente, vestida hasta el cuello con
jersey de cuello vuelto, luce infinitamente más atractiva que en películas en
las que la ropa que había estaba en el suelo. Esta sería su última película.
El caso es que el elenco está en estado de gracia y
curiosamente, siendo esta una peliculita, la verdad es que Mary Francis –hoy
Paca Gabaldon- está más comedida y creíble que cuando ha interpretado papeles
en películas más importantes o más serias, lo cual no deja de parecerme
curioso.
La película funciona, sin más, si bien tampoco resulta
trascendente por ningún lado.
La gracia está en que “Ifisa”, la factoría de Ignaci F.
Iquino, hacía unas películas de dudosa calidad, si bien algunas a día de hoy
resultan piezas de culto, que sin embargo le permitían vivir más que bien pues
facturaban el dinero suficiente para ganar bien ganado y financiar las
siguientes. Y como funcionaban en taquilla, los críticos las ponían a caer de un
burro. Algunos, llegaron incluso a insultarle. Y ahí viene la gracia de esta
película que con dos cojones, utiliza los títulos de crédito más horrorosos de
la historia del cine, únicamente para
mofarse de los críticos y lanzarles su particular puyita. Así,
respetando a los actores y mostrando sus
nombres, en el apartado técnico rezan las siguientes leyendas que paso a
transcribir: “Los exteriores fueron rodados en Barcelona porque es la ciudad de
España donde más se habla Andaluz”, “Guion, fotografía y dirección (¿). El
guion no existe. La fotografía, tan oscura, que no se ven las caras de la
gente. Y la dirección, también de Ignacio “Farrés” Iquino naturalmente,
desigual y anodina…¡De pueblo!” y seguidamente, aparece el logotipo de “Ifisa” acompañado por la
frase: “Cerca de 200 películas ¿Cuándo aprenderán a hacer cine?”. Pues tiene su
gracia todo el asunto.
Están simpáticos los créditos y por un lado nos muestran a
un Iquino con un gran ego, de vuelta de todo, al que se la suda la opinión que
de él pudiera tener la crítica. Sin embargo, me jugaría el cuello a que, como a
todo autor, a él le hubiera gustado no tener que ser tan ingenioso en los
créditos de ninguna película.
Pues eso, simpática. Y tras muchos años desaparecida e
inencontrable, por fin alguien la pone a nuestra disposición en la red.