Todd Phillips tenía el San Benito de la saga “Resacón en las
Vegas” colgado a la espalda. Y con “Juego de Armas” se lo quita, y además con
nota alta. Porque aunque a priori esta película pueda parecer una comedia –
incluso se nos vende así en el trailer- no
lo es en absoluto. Es más, es un intento desesperado por hacer una pausa a su
carrera de “Rey de la comedia gamberra”. Y, joder, le ha salido muy bien.
En la línea de películas al estilo de “El Lobo de Wall
Street”, sin llegar a la genialidad de la de Scorsese, no ofreciendonos el
sensacionalismo que aquella, “Juego de Armas” –“War Dogs” en su versión
original- nos cuenta la historia inspirada en hechos reales de dos jóvenes
veinteañeros, David Packouz y Efraim Diveroli que se dedican al tráfico de armas
de tercera fila. Pero la inteligencia y la ambición les lleva a convertirse en
dos de los traficantes de armas más importantes del mundo, hasta que la
torpeza, la ingenuidad y la corrupción les hace dar con todo al traste acabando
encarcelados.
El auge y caída de su trayectoria, es lo que cuenta la
película, ni más ni menos.
Y el secreto de que sea tan buena, aparte de contar con el generoso respaldo de toda una "Warner Brothers", radica en que el
soporte entero de la película recae en los actores protagonistas y en el
director. Quiero decir, que Miles Teller y sobretodo Jonah Hill –es, sin duda,
uno de los mejores actores contemporáneos- están estupendos, también lo está,
más secundario Bradley Cooper, pero esta
película no funcionaría si Todd Phillips no llevara a sus espaldas tropecientas
comedias. Su experiencia en ese género, le ha servido para dominar otro, y
además, darle un toque autoral al asunto. Se nota su impronta.
Entonces, nos encontramos con una película sobre traficantes
de armas intensa, inquietante, que por otro lado va follada porque tiene ritmo
de comedia. Y no es una comedia. Es una película con sentido del humor, sí,
pero no una comedia propiamente dicha. Es más, es una película completamente
seria, tomada como tal. Y funciona, precisamente, por la agilidad con la
que se nos son contados los hechos, que podía haberle ido muy mal con ese tempo, pero sin embargo le va de perlas. Es como ver “Resacón en las
Vegas”, pero como si esta se tornara thriller. Amén de estar todo bien
explicado, que no nos hagamos líos como sí podíamos hacérnoslos con “El Lobo de
Wall Street” o con la estupenda, estupenda, estupenda, “La Gran Apuesta” de
Adam McKay, cuyas comedias son aún más chorras que las de Phillips, y que
consiguió una de las mejores películas del pasado año.
Volviendo a las interpretaciones, decir que no hay actor que
tan bien haga de tío chungo como Jonah Hill, y decir que absolutamente todos
los personajes de esta peícula son tan hijoputas, y tan egoístas, que dan ganas
de matarlos desde el primer momento en que aparecen. Que grandes
interpretaciones.
Junto a Hill, Teller y Cooper, tenemos a nuestra patria Ana
de Armas, que sube como la espuma en Hollywood tras “Toc Toc”, y que está
buenísima y ahí radica el secreto de su fulgurante ascenso,
porque si en “Toc Toc” destacaba, además de sus tetas, por su interpretación,
aquí se limita a ser un florero; la esposa resignada y decepcionada del protagonista,
que si no fuera por lo rica que está, nos molestaría cada vez que aparece en
plano. Es un personaje incordiante.
Por lo demás, dos horas de tensión, adrenalina y diversión.
¡Se la recomiendo!