Ahora ninguno de los dos rula ya por este sucio planeta. Y disculpen si mis llantos se los dedico a Wilder, un tipo que siempre me cayó muy bien y, lo que es más importante, siempre me regaló montones de risas. Inevitable citar "El jovencito Frankenstein", pero también "Los productores", "Un mundo de fantasía" (eternamente mal tratada, pero que ahora comienza a ganar prestigio), "Todo lo que usted siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar", "Sillas de montar calientes" y no olvidemos su faceta como director, especialmente con la exitosa "La mujer de rojo".
En fin, sirvan pues estos fotocromos para dar el último adiós a tan maravilloso loco de despeinados pelos rubios e intensa mirada azul. Ya le echábamos de menos desde el momento que se retiró del cine, pero más lo haremos ahora que sabemos que no volveremos a verle en una pantalla. ¿O sí?, esa es la grandeza de las películas, que siempre que uno lo quiera puede reencontrarse con sus actores favoritos y pasar un rato inolvidable con ellos, independientemente de que vivan o no, y del tiempo transcurrido. Y ver de vez en cuando a Gene Wilder es siempre, simple y llanamente, un gustazo.
Descanse en paz, caballero.