Los encargados humanos de los robots defectuosos, saldrán a
la búsqueda de estos.
El caso es que tras el mega éxito que supuso “La Guerra de
las Galaxias”, gracias a R2 D2 y C3PO, los robots se pusieron muy de moda entre
el público infantil, amén del “Naves Misteriosas” de Douglas Trumbull que
consiguió excelentes críticas que alabaron su estética. Estos dos factores
fueron decisivos a la hora de poner en marcha un proyecto como este
“Heartbeeps”.
Los estudios Universal
pusieron en marcha un proyecto dirigido al público infantil
protagonizado por robots autonomos, y para que hiciera del robot protagonista
querían a Andy Kaufman.
Querían ser los responsables del debut de Kaufman en la gran
pantalla, por lo que tras varias negativas, decidieron ofrecerle al humorista
un cheque en blanco. Conociendo a Kaufman, no sería de extrañar que en ese
cheque en blanco escribiera una cifra absolutamente astronómica que el estudio
estuvo dispuesto a pagarle, por lo tanto, Andy Kaufman protagonizo la película.
Además, llegó a un acuerdo con Universal en el que después de “Heartbeeps”,
Kaufman podría hacer su propia película “The Tony Clifton Story”, una película
centrada en la figura de uno de los personajes creados por Kaufman para
televisión.
Nada más comenzar el rodaje, los ejecutivos de Universal se
dieron cuenta de que Kaufman no era un gran actor. O eso, o quizás estaba
haciendo su trabajo a desgana a juzgar la desidia con la que interpretaba a
Val, el simpático robotito. Al verlo, comenzaron los miedos y los llantos, ya
que aunque en la televisión Kaufman había alcanzado un notable éxito
interpretando a un extranjero que no pronuncia bien el inglés en la serie
“Taxi”, a lo mejor, es que no era tan bueno. No podía saberse porque tan solo
había interpretado un papelito en la película “El hábito no hace al monje”
junto a Marty Feldman, y todo juicio sería prematuro; aún no se podía intuir
como funcionaría un humorista como Kaufman en un film. Por miedo a que no
acabara la película –el mero hecho de su presencia ya era un reclamo- el
estudio no le pidió cuentas a Kaufman, además, se tuvo que paralizar el rodaje
atendiendo a una importante huelga de actores convocada aquél 1980 por el
sindicato de actores, y no era cuestión de marear aún más la perdiz. Una vez
finalizada la huelga, se retomó el rodaje y el estudio dejó tranquilo a
Kaufman, ya que pensaron que su interpretación en realidad no distaba mucho de
las actuaciones confusas y extrañas que ejecutaba en televisión, y si eso en
televisión funcionaba ¿Por qué no en cine? Claro que a Kaufman si no se le
dejaba actuar con libertad, todo lo que hiciese le parecía poco menos que
basura.
La compañera de Kaufman es Bernardette
Peters. No fue la primera opción del estudio. De hecho, el papel estuvo apunto
de interpretarlo Sigourney Weaver, gran fan de Kaufman, que estaba dispuesta a
aparecer en la película solo por pegarse el gustazo de compartir plano con él,
sin embargo, su agente logró disuadirla; ya en la preproducción el ambiente no
era muy saludable ni profesional. Y Sigourney Weaver desechó la idea.
“Heartbeeps” se estrenó en cines de todo USA con gran
expectación por parte de los estudios. Pero al público le importó
tres pimientos, ya que se trata de uno de los mayores fracasos de “Universal
Studios”. De un presupuesto inicial de 10 millones de dólares –una cantidad de
súper producción para ser una comedia- la película apenas recaudó 2 millones,
siendo un fiasco de dimensiones espectaculares.
Y es que la película es una tontería mayúscula, un
batiburrillo de conceptos que no llega a ninguna parte, con un par de robots
supuestamente simpáticos, que en realidad caen bastante antipáticos, además de ser
rematadamente ridículos, ya que a pesar del estupendo maquillaje –obra de Stan
Winston, que vio recompensado su esfuerzo con una nominación al Oscar en tal
categoría en el año 1981, que le fue arrebatado por Rick Baker con su
maquillaje en“Un hombre Lobo Americano en Londres”- se ve claramente que son
señores disfrazados y carecen de toda gracia. El hablar robótico tanto de
Kaufman como de Peters se torna por momentos crispante, así como el ir y venir
de humanos y robots por los escenarios futuristas en los que transcurre. Parece mentira que con su escueto metraje, apenas 75 minutos, le
sobre a la película media hora larga. Un desastre, un aburrimiento absoluto.
Tal fue el fracaso, que no solo se especuló a cerca de las
nefastas consecuencias que traería esta "Heartbeeps" a las carreras de Andy Kaufman
y Bernardette Peters, sino que Universal, se echó para atrás a la hora de
producir el film sobre Tony Clifton. Kaufman se enfureció por eso.
Por otro lado, a Kaufman la película le pareció espantosa,
hasta tal punto que no tuvo inconveniente en anunciar en el show de David Letterman, que devolvería
el dinero de la entrada, de su propio bolsillo, a todo aquél que hubiera osado
ir a verla. Letterman añadió a eso, que con un billete de 20 dólares, podría
pagar a todos los espectadores y que le devolverían el cambio.
Junto a Kaufman y Peters, tenemos a un
jovencito Randy Quaid, lejos de ser algo parecido al fanático loco que es
ahora. Aunque da igual su presencia porque, al igual que todo en la película,
esta es insignificante.
Dirige el truño Allan Arkush, cuyo mayor mérito fue dirigir
el clásico de las “Screwball Comedies” “Rock-n-Roll High School” al servicio de
“Ramones”, o “El Club de los chalados II”. En ambos casos, ninguno de estos
títulos le acreditan como un gran director. Eso si, pasados unos años de
“Heartbeeps”, el director se hizo fuerte en la televisión. Y ahí sigue…