Sin embargo, si la de de Chris Columbus era una películita
enternecedora y entrañable, “Delirios” es, sencillamente, una plasta que si no
acabó con la carrera de John Candy, fue por poco. No fue a verla al cine nadie.
Es entendible, porque una película que gira en torno de los “Soup Opera” (los
culebrones), puede que no sea el tema
más atractivo para el público, ni John Candy el tipo de actor más adecuado para
protagonizar una comedia que transcurre en esos ambientes. Sin embargo,
“Tootsie”, giraba asimismo en torno a un “Soup Opera”, y sin embargo es una de
las comedias más taquilleras y prestigiosas de todos los tiempos.
En cualquier caso, “Delirios”, además, tiene un componente
fantástico por si lo de los culebrones no terminaba de cuajar; solo que el
componente fantástico no es mostrado con efectos especiales ni nada por el
estilo, sino que se nos muestra de palabra; entonces ahí es donde veo yo el
fallo de la película en asuntos comerciales; Que se vende una película con
fantasía, sin que haya fantasía.
Pero, primordialmente, el problema de “Delirios”, es que es
un rollazo de aquellos memorables. No la quité de milagro por completísmo.
Tomando su título de la canción del mismo título de Prince
–“Delirious”- que suena al principio de los créditos, nos cuenta la historia de
un guionista de culebrones que un buen día es atropellado por un camión, por lo
que es internado en el hospital. Cuando se despierta, resulta estar dentro de
la telenovela que él mismo ha creado. Pronto se da cuenta de que puede cambiar
el destino que está viviendo en esos momentos si lo escribe con su máquina de escribir, ya que lo que
escribe, sucede, con lo que vivirá situaciones favorables para él,
supuestamente divertidas, tras escribirlas, hasta que un día se emborracha y se pone a escribir, con las consecuencias que
el estado de embriaguez le acarrearán. Todo resulta ser un sueño que tiene este
escritor en el hospital. El colmo de la originalidad en un guion.
Con John Candy en su mejor momento, y con un presupuesto más
o menos discretito, la MGM estrenó su película son muchas expectativas. La
primera versión de la película, duraba 2 horas 15 minutos –no me quiero ni
imaginar esa versión-, pero tras los pases de prueba con público, a pesar de
que los resultados fueron favorable, se incidía en que era una películademasiado
larga, por lo que se estrenó un corte de 95 minutos. Dio igual el meterle a la
cuchilla, la película fue un fracaso estrepitoso. Pero la Metro ya estaba
acostumbrada a los fracasos a esas alturas de la vida.
“Delirios” es extremadamente aburrida.
A nuestro país llegó directamente en vídeo en 1992 y casi de
tapadillo, pero pude alquilarla, y verla en su momento. La opinión de entonces
no dista demasiado de la que tengo hoy, pero si que recuerdo encontrarla más
simpática que en este reciente visionado. No es nada simpática. Realmente es
una porquería de película. Pero bueno, ahí queda.
Junto a Candy en el reparto tenemos a Mariel Hemingway y
Dylan Baker (“Happiness”, “Truco o Trato”). Y en las labores de dirección Tom
Makiewicz, director de otro gran coñacete como es “Dos Sabuesos Despistados” y
del algunos capítulos de diversas series de televisión.
Muy mala.