Por otro lado, ratifican mis palabras lo poco gráfica que es
la película, en el sentido de que la gran mayoría de los asesinatos ocurren
fuera de cámara. No hay truculencia alguna, apenas hay sangre, nada de nada.
Cuenta la historia de una presentadora de televisión que
está presentando una gala de año nuevo dando paso a un mogollón de actuaciones
de New Wave, mientras que por otro lado, da paso a llamadas telefónicas en
directo. Así que en una de estas llama un individuo diciendo que es el mal, y
que por ende, los va a matar a todos. No le dan mucha importancia al asunto
hasta que, en el edificio en el que están, cada hora que pasa después de las
doce, el asesino se carga al alguien.
Pues muy loca, muy colorida, montada con ritmo, pero por
otra parte, un soberano coñazo que no se salva de la quema una vez hemos
flipado con la estética que nos retrotrae, indefectiblemente a los años
ochenta.
Puede que sea un precedente para lo que vendría después en
algunos aspectos, pero por todo lo demás, una flojez bastante jodida.
Estrenada en salas en nuestro pais en su momento, apenas la
vieron 80.000 espectadors, si bien, en los videoclubes, era habitual
encontrársela en los estantes.
En roles protagonistas tenemos a Roz Kelly como la
presentadora de televisión, cuyo rol más destacable sería el que hizo en la
horripilante “Full Moon High”, Kip Niven, quien fuera Astrachan en “Harry el
Fuerte” y luego se especializara en roles secundarios para películas de corte
catástrofista como puedan ser “Aeropuerto 78” o “Terremoto”, o Chris Wallas al
que también vimos en “No respondas al teléfono”.
El dire es Emmet Alston, director dentro del campo de terror
de la ponzoña “Endemoniados” y de un par de pelis de ninjas.