
Inspirada –exagerando los hechos- en la historia real de una
trabajadora de la construcción (en este caso una soldadora) que en su afán por
inscribirse en una escuela de ballet, satisface su necesidad de bailar en un
club nocturno. Por otro lado, comenzará una relación con su jefe de la obra,
quién la ayudará en su carrera como bailarina, rechazando esta su ayuda al
querer triunfar en el mundo del baile por sí misma.
Así de escueta es la historia. Y es que esta se desarrolla
entre numeritos de baile coreografiados para ser míticos, la relación de los
protas entre tierna y descarada, y el conflicto moral que conlleva el ser una
bailarina reputada a costa del enchufe.
Las películas de los ochenta, y más aquellas que no hicieron
ostentación de efectos especiales ni exagerados medios en la producción,
tienden a quedarse a estas alturas, treinta y tantos años después, terriblemente
desfasadas. “Flashdance”, por supuesto, no es menos que tantas otras, sin
embargo hace un alarde visual muy de agradecer hoy en día, ya que la película
entera es pura estética, ya sea en los numeritos de baile, como en las escenas
más intimas donde se implanta un estilo, oscuro y deprimente, que destacaría,
otra vez, en producciones posteriores. Sin embargo se cuenta que el motivo por
el que la iluminación era tan oscura, era para que no se viera que en las
escenas de baile, Jennifer Beals, tenía una doble de cuerpo, máxime al final de
la película dónde se pone a bailar Break Dance, y su doble de cuerpo es
masculino; un mítico B.Boy de Nueva York llamado Crazy Legs. En cualquier caso,
a mí el tratamiento de la fotografía, tan oscura, tan deprimente, tan sucia, me
parece harto de bonita.Y a parte de ser bonita, y aunque no hay una gran
historia detrás, la película se deja ver perfectamente. Pasa con creces del
aprobado.
Otra causa presente en la película y muy estilado en
películas posteriores; el afán de superación; aquí es una jovencita que quiere
bailar y que tendrá que superar los obstáculos que se le presenten… después eso
mismo ocurriría, dentro de un contexto de artes marciales en “Karate Kid”, así
como en tantas otras.
Cuentan los rumores, por un lado, que el director AdrianLyne, que luego rodaría clásicos como “9 Semanas y media” o “Una proposición
indecente” fue elegido para la dirección por descartes, si bien la primera
opción fue David Cronenberg, quien rechazó la película, y después, Brian de Palma quien, gracias a dios, la rechazó para irse a rodar “El precio del poder”.
Por otro lado, la protagonista Jennifer Beals, que jamás
llegaría a convertirse en súper estrella a pesar del éxito de “Flashdance”,
tenía serias competidoras en el casting. Leslie Ala y Demi Moore aspiraban al
papel. Dícen la malas lenguas, que ante la indecisión de los directivos de
Paramount sobre cual sería la protagonista, el director de la compañía, Michael
Easner, convocó a más de 200 curritos de los estudios paramount, todos hombres
y les preguntó que a cual de las tres aspirantes se follarían si pudieran
elegir. La mayoría se follaría a Jennifer Beals y por eso protagonizó la cinta.
También se dice que el papel protagonista, que recaería en
Michael Nouri –que luego desarrollaría el grueso de su carrera en televisión-,
estaba escrito para que lo interpretase nada menos que Gene Simmons, el lider
de los “Kiss”, quien lo rechazó porque no quería aparecer en ninguna película
si no era con su peculiar look demoniaco de cara pintada de blanco y exagerado
cuero negro. Otros candidatos fuero Travolta, De Niro o Kevin Costner.
Otra de las leyendas urbanas en torno a la película, gira en
torno a una de las canciones de la banda sonora original, tan popular, o más
incluso, que la propia película,y que llegó a vender casi 10 millones de copias
en todo el mundo. Se dijo que la canción “Maniac” interpretada por Michael
Sembello, fue compuesta en un principio, con otra letra que hacía alusiones a
un psycho killer, para la película “Maniac” de William Lustig, y que después
de un lavado de cara se incluyó en “Flashdance” convirtiéndose en un éxito.
Tiempo después se desmintió el rumor, reconociendo los directivos de Paramount
que la película se compuso exclusivamente para la película.
En cuanto a premios, si bien la canción “What a feeling”,
archiconocida e interpretada por Irene Cara se llevó el Oscar de la academia a
la mejor canción en la ceremonia de los Oscars pertenecientes a aquél año, el
guión fue nominado al peor dentro de la ceremonia de los Razzie, siendo este
galardon arrebatado por el libreto perteneciente a la película “The Lonely
Lady”de Peter Sasdy aquél despropósito a mayor gloria de Pia Zadora. Y es que
la película, aún siendo un mega-éxito de público, no gustó mucho a la crítica
seria de la época, que decía que la historia era una porquería.
Como todo éxito, en su momento se habló de una secuela, pero
Jennifer Beals, temiendo encasillarse –la pobre no imaginó que aunque esos
doscientos currelas se la follarían por encima de Demi Moore, no llegaría a ser
una estrella como se supone debería haber sido tras esta película- dijo que de
rodar una secuela, ni hablar del peluquín, por lo que los productores, Simpson
y Bruckheimer, ni cortos ni perezosos, desecharon la idea para irse a producir
cositas como “Top Gun, ídolos del aire” o“Súper Detective en Hollywood”.
Por otro lado, y a posteriori, la película generó musicales
de Broadway, merchadising… una máquina de generar dinero. Como fuere, se ha
ganado a pulso su condición de clásico.