sábado, 18 de febrero de 2017

AMERICAN CONJURING

Gracias a las prestaciones que ofrecen las nuevas tecnologías disponibles hoy para todo aquel que desee parir alguna clase de materia audiovisual, resulta desconcertante lo semejantes que son en su aspecto los productos resultantes. De hecho, rara es la película facturada con esos aparatos que no luzca un elegante acabado panorámico, una iluminación sobria, un grafismo digno... no sé, una cierta "clase" que contribuye a que de entrada uno ya no pueda diferenciar una cosa hecha bien, o con medios, de una hecha mal, o sin medios. Se trata de algo sutil, aunque así a bote pronto, y en una primera impresión, todo se mimetiza.
Pero claro, en cuanto la película comienza a desarrollarse, vas notando por dónde van los tiros realmente. Porque el acabado técnico no deja de ser el envoltorio y, al final, lo importante es la historia que te cuentan y cómo te la cuentan.
Bien, en el caso de "American Conjuring" (retitulada así por el distribuidor con ansias de sacar jugo de ya imagináis qué, aunque originalmente fue parida como "Bind") es exactamente ese. De entrada, cuando te dispones a verla, esperas un zurullo de proporciones épicas y no, los primeros minutos lucen muy bien, muy "pro", y encima la escena introductoria es... en fin, lo mejor de toda la peli. En ella, unas niñas están de celebración cumpleañosa en el jardín contiguo a una casa. La rarita/marginada de turno quiere ganarse el respeto de las otras pequeñas cabronas, así que acepta un reto, demostrar que es una valiente bajando al sótano. Cuando la cría entra, se encuentra varios miembros humanos cercenados por el suelo y una siniestra presencia sentada en un balancín. Suena un grito desgarrador. Lo que sigue está a la altura.... hasta que sale el título, luego entramos en terreno pantanoso.
Como se pueden imaginar, tiempo después una familia decide mudarse a la casa en cuestión porque les sale muy barata. Y la verdad, no entiendo el interés que nadie puede tener en ella. Es fea, cutre y está situada al lado mismo de la vía del tren. Si tenemos en cuenta que se supone que en el pasado fue un orfanato, todavía lo entiendo menos. Total, que la presencia del sótano era una vieja muy mala y fea (con un maquillaje algo cantoso) que tocará los cojones a la familia, les inducirá a matar, etc, etc.... lo de siempre. Sin novedades. Los préstamos tomados a "Terror en Amityville", "Hostel" (sí, a estas alturas hay una secuencia de tortura) y, muy especialmente, "El Resplandor", campan a sus anchas (la famosa escena de Jack Torrance liándose con una tipa joven desnuda que se vuelve asquerosamente anciana se recrea exactamente igual... pero a lo chungo).
"American Conjuring" viene repletita de momentos muy risibles, en parte gracias a sus negados intérpretes y en parte al imposible guión. Tenemos a la niña repelente de rigor que se comporta raro, y a la adolescente insufrible, rubia, siempre cabreada, que odia a su padrastro y está enganchada al móvil. En una escena a esta le entra una vomitera diabólica que incluye gusanos e insectos. Sus mayores lo presencian y la socorren, pero en ningún momento piensan en llevarla a urgencias. "Será algo que ha comido", dice el padrastro. Otro momento maravilloso: La mujer le explica a su marido que la casa está encantada, que hay presencias y bla, bla. Él pilla un berrinche de aúpa y casi le suelta un sopapo y todo, acusándola de inventarse sandeces. Por la noche le pide perdón, se ponen tiernos y comienzan a follar. En pleno coito, la mujer "se convierte" en el fantasma de la vieja. El hombre se asusta y la empuja. Cuando se recupera la normalidad, él, histérico, le cuenta a ella lo que acaba de pasar. Y ella, en lugar de responder positivamente porque por fin su marido ha visto que no está loca y que en la casa pasan cosas raras, ¡¡se mosquea y le dice que delira!!, además de ponerse celosa porque "piensas en otra mujer mientras hacemos el amor". Fas-ci-nan-te. La última cosa graciosa hace mención a cómo reacciona la niña cuando el padrastro mata a hachazos al pobre perro de la familia. Literalmente lo convierte en un amasijo informe de carne y pelo. ¿Y qué hace la cría al ver a su mejor amigo en ese estado?, primero grita, claro, pero una hora después está la mar de tranquila, dibujando y como si nada hubiese pasado. ¡Viva!.
Con semejantes ingredientes, se pueden imaginar el percal. Y por si a esas alturas no tienen suficiente, les aguarda un desenlace de esos de "ah, todo era un sueño, pero no, pero sí" que es pa prender fuego a la tele.
Todo ello guisado con unas notables dosis de gore y unos créditos finales que incluyen un listado interminable con los ídolos de los directores del pifostio -que son dos- incluido, cómo no, el amigo James Wan. Ellos, Dan Walton y Dan Zachary, están ligados a un puñado de zetismos previos, de entre los que destaca "Gutterballs". Actualmente curran en otra de terrores, "In from outside". Habrá que estar al loro.
Y ya que hablamos de Wan, dos días después me vi una producción suya sobre casas encantadas, "Demonic". Era tan correcta y formal que me quedé igual. Ni me gustó, ni me disgustó. Y en cinco minutos ya la había olvidado. Curiosamente eso es algo que no puedo decir de "American Conjuring". Con todo lo fulaña que es, todavía perdura en mi cerebelo y, después de todo, el visionado resultó mucho más estimulante. ¡Qué cosas!.