“Operación Canada” es el típico vehículo para que Michael
Moore satirice y se burle del sistema gubernamental Americano a través del
humor. Para ello se rodea de unos estupendos Allan Alda y John Candy –en su
última película completa- que no llegan a funcionar en absoluto por encontrarse
la película en tierra de nadie, es decir; para el público popular esto va a ser
un coñazo, pero para el público más político, con un sentido del humor más
rancio, “Operación Canada” va a ser una tontería.
El presidente de los Estados unidos, decide declarar la
guerra fría a Canada, porque sí, porque le sale de sus huevos toreros, para así
contentar a los fabricantes de armas que están muy descontentos con la actual
presidencia. Así que empieza una campaña de desprestigio contra Canada, en la
que el Sheriff de la frontera y su ayudante, que se dedican a recoger cadáveres de aquellos que se
suicidan en la parte americana de las cataratas del Niágara, meterán sus
hocicos en los asuntos, provocando las supuestas situaciones cómicas.
No dudo que Michael Moore fuera un gran director de ficción
si se dedicara a rodar sus particulares visiones del escándalo del Watergate, o
la adaptación de algún biopic de algún presidente Norteamericano. Seguro que lo
haría bien y expondría bien a los neófitos sus teorías. Pero Moore, además, se
cree un Showman, un comediante, y tiene que intentar hacer reír a la gente
bienpensante que le rodea, a la derecha liberal y a la izquierda moderada
Norteamericana. Michael Moore, no deja de ser un político. Y con un ego enorme,
lo que le lleva a interpretar un cameo en la película, en una intervención que
el cree divertidísima y que no lo es.
Porque al final lo que aquí tenemos es una sucesión de
chistes políticos que los españoles no entendemos, y que solo le hacen gracia a
Moore y a las altas esferas a las que critica. “Operación Canadá” es de lo
menos interesante que un consumidor de comedia puede echarse a la cara, así
como además, Michael Moore tiene ciertos problemas para marcar el tempo, y si
bien sabe como colocar la cámara, no tiene ni pajolera idea de cómo ha de hacer
que la ficción fluya. Quizás por eso no rodó más ficción en pro de los
documentales que le han dado fama universal.
Para que se hagan una idea de lo sosa que es la película,
sepan ustedes que esta se proyectó en alguna sección del festival de Cannes de
1994, siendo una de las pocas comedias que han pasado por los proyectores de
tan prestigioso festival.
Junto a Jonh Candy y Allan Alda, Sheriff de la frontera y
Presidente de los estados unidos respectivamente, tenemos a Rhea Perlman
(“Cheers”) la esposa cornuda y consentida de Danny De Vito, Rip Torn
(“Escarabajos Asesinos”) o Kevin Pollack (“Algunos hombres buenos”). Por otro
lado, y haciendo alusión a un verdadero (y fallido) espíritu de comedia,
contamos con los cameos de James Belushi o Dan Aykroid, que son un visto y no
visto.
Sorprendentemente, y quizás por el tironcillo popular del
que gozaba John Candy, “Operación Canada” se estrenó en nuestro país llevando a
las pateas a 15.000 espectadores de 1994, que serían muy ricos para cualquier
película estrenada a día de hoy.
Bastante mala, pero no exenta de curiosidad por ello.