viernes, 8 de septiembre de 2017

URBAN MASSACRE

En una industria tan corrupta como la que envuelve en mundo del rap, los tejemanejes se suceden, y en medio del lanzamiento de un nuevo súpergrupo, The Supernatchralz, un individuo disfrazado de payaso, irá dando cuenta, uno por uno, de todos los raperos que encuentra a su paso. The Supernatchralz intentarán darle caza… pero igual es el payaso el que los caza a ellos.
Ya he hablado aquí con anterioridad de Dale Resteghini, director de vídeoclips de los más importantes artístas, que cuando se aburre, realiza con una camarita de vídeo películas de terror semi amateur en las que, aprovechando la coyuntura, saca a todos sus amigotes raperos que le otorgarán a sus producciones de presupuesto casi cero, el  suficiente interés como para que rentabilice en el mercado del vídeo la inversión.
Para esta ocasión se ha rodeado de nombres de sobra conocidos en el hip-hop como los de Krumbsnatcha, Guru, Jermaine Hopkins, Capone o G-Flex, así como lo cuaja todo de de raperos locales y desconocidos.
“Urban Massacre” sería un “Slasher” que sucede dentro del  mundo del  hip-hop, y como en todo “Slasher” que se precie, un 70% de la película la conforman eternas conversaciones. Entonces, la película se desarrolla entre tramas de contratos fraudulentos de discográficas y diatribas de raperos. Pero, consciente Dale Resteghini de que eso puede ser muy aburrido, introduce, además, actuaciones en directo de los raperos protagonistas. Y las introduce completas, con lo que si tienen tres actuaciones durante la película, ya se quita de encima 15 minutos… la siguiente hora entre cuchilladas y bla, bla, bla, ya es coser y cantar.
Obviamente, es una película chapucera, los asesinatos son de lo más chabacanos y poco gráficos y la ambientación nula. No busquen terror en “Urban Massacre” porque no lo encontrarán. Ni mucha sangre tampoco. Sin embargo, el disfraz de payaso —que lo viste el mismo director, dicho sea de paso— mola tanto y es tan fardón, que al final, una película como esta, completamente incompetente, se torna graciosa y simpática, sin ella proponérselo. Atención a los efectos de sonido.
Por otro lado, posee una de las calificaciones más bajas de los usuarios en IMDB, un mísero 1,6 de 10. Es mala de solemnidad, pero no por ello, menos divertida.
A españa, obviamente, no ha llegado —ni llegará— de ninguna de las maneras, pero si que llegó en su momento una de las pelis de Resteghini: “El proyecto de la bruja del Hip-Hop”. ¿Qué por qué llegó? Supongo que porque en ella aparecía un momentin Eminem.
Muy curiosa.