viernes, 16 de febrero de 2018

MATERIAL URBANO

“Material Urbano” cuenta la historia de una jovencita, Maite, que consciente de que es deseada por los hombres llega a la siguiente conclusión; para que va a dar a los hombres su cuerpo gratis cuando estos de buena gana pagarían por él. Y como quiere comprarse una moto a toda costa, decide prostituirse. Llegados a ese punto, no solo se vuelve puta, sino también una descarada y una hedonista, dispuesta a hacer en cualquier momento lo que le venga en gana. En su nueva condición conocerá a dos individuos opuestos, un pijo que se cree que puede comprar lo que le de la gana y un quinqui. En el trasiego hacia el anhelo de ella, que es comprar la moto, le sucederán montones de cosas extrañas y extremas.
Esta mezcla de “Cine Quinqui”—mal entendido y peor representado— y nueva comedia española, resulta ser una película un tanto rara, misteriosa y desperada, en cuanto a que intenta por todos los medios ser una película transgresora procurando no sobrepasar los límites. Todos su personajes destilan odio y mala leche, todos son impulsivos y violentos, pero en realidad luego ninguno de ellos llega a realizar ningún acto verdaderamente aberrante como en un principio parece ser. Sin embargo detrás de las camaras si ocurren cosas aberrantes. Por ejemplo: En un momento de la película, en su afán por engañar en la percepción de la película al espectador, un grupo que quinquis se arman hasta las cejas con escopetas. Parece que van a cometer un atraco o se van a matar con una banda rival o algo así; pero no. Con el fin de hacerlos parecer menos malvados de lo que su aspecto nos sugiere, para lo que quieren las armas es para disparar a las ratas, que habitan por miles, en la nave abandonada dónde suelen estar ellos haciendo sus cosas. Ergo, no son  tan malvados. Sin embargo, y lo que me trae a mí de cabeza, es que vemos como las ratas son reventadas a balazos delante de la cámara. Así que la producción, mató ratas de manera real ¿Qué necesidad había? Con todo, no podría asegurar que ese material no sea de archivo, así que no dejan de ser elucubraciones mías.
Al margen de todo esto, la película es extraña, diferente, como solo los catalanes sabían hacerlo en los 80, y entretenida a más no poder, apoyándose todo esto en la misma agresividad de los personajes que nunca sabes por dónde te van a salir. Una rareza de nuestro cine.
Protagonizada por Mónica Molina, hija de Antonio Molina y hermana de Angela y Miky (que luego haría carrera como cantante), los planos en los que sale en pelotas son incontables, y aunque le pone énfasis a su actuación, la verdad es que no estaba muy dotada para la actuación la muchacha. Aún así, hizo algo más de cine. La secundan clásicos del cine catalán  como puedan ser Alfred Luchetti o Juanjo Puigcorbé, junto a otros como Ovidi Montllor y Julieta Serrano.
Dirige la película Jordi Bayona, un hombre con mucha afición, que tras casi 20 años dedicado al mundo editorial siendo uno de los directivos de bruguera, abandona un puesto de trabajo estable para dedicarse a hacer cine. De esa arriesgada decisión, salieron dos largometrajes, “Putapela” que la vio poquísima gente, y esta “Material Urbano” que vieron 4.921 espectadores de 1987 en cines, lo que para esa época es, nada. Su vida comercial posterior en cine o T.V. tampoco es muy acusada.
Con todo, una rareza, solo posible de encontrar en la red de redes.