Y es que se trata de una comedia Alemana, que ya se sabe que
el humor bábaro muchas veces radíca en que no tiene casi nada de humor. Pues en
“El microchip asesino” pasa más o menos
lo mismo.
De título original “Peng! Du bist tot!” puede que el título
con el que se estrenó esta película en nuestro país sea solo una mala
traducción del Alemán que vendría a ser algo así como “¡Bang! ¡Estás muerto!”,
porque ya me dirán dónde sino está metido el mentado microchip autónomo del
título español.
La cosa va de una profesora de Inglés que se encuentra en un
avión con un individuo narigudo que no para de hablar sobre unos medicamentos
que necesita para el corazón, cuando sin darse cuenta se ve inmersa en una trama de hackers informáticos y líos de
espías con la KGB, mientras se combina todo esto con supuestas situaciones cómicas.
Traducido: Una película con una tía buena y un Alemán
corriendo durante una hora y media de un lado para otro y dónde, de vez en
cuando, vemos a algún robotito gracioso que hace alguna monería. Por lo demás,
este film es de un insulso que tira de espaldas.
Se trata de un película para el lucimiento de Ingolf Lück,
una especie de Carlos Sobera Alemán que conducía un programa musical de éxito
titulado “Formel Eins” con el que se quería explotar su vis cómica, sin
embargo, no debió resultar muy rentable su presencia en la gran pantalla porque
tras esta, no volvería a aparecer en más películas para cine, siendo la
televisión, no obstante, un medio en el que se hizo muy popular y dónde se encontró
a gusto hasta nuestros días.
En cuanto a “El microchip asesino” poco más que decir, tan
solo que su visionado se antoja insufrible, aburrido y denso, pese a pasarse
los protagonistas toda la peli corriendo, tener un ritmo endemoniado y no parar
el encuadre de tener movimiento dentro de sí.
Destacar tan solo la presencia de la actriz Rebecca Pauly
cuyo look de profesora estirada, con enormes gafas que poco a poco se va
desmelenando y convirtiendo en una mujer sexy, es de lo más morboso.
Una vez satisfecha la curiosidad que provoca la mera
existencia de la película, podemos desecharla y destruirla para siempre. Muy
mala.