viernes, 28 de septiembre de 2018

TARZERIX EN LA HISTORIA DE LOS DIOSES CHINOS

Gracias a la televisión y a la proliferación de  series de dibujos animados japoneses, se exportaban a Europa desde países recónditos como Corea o Taiwan, largometrajes de animación que en un afán por imitar el Manga Japonés se acercaban lo máximo posible a este estilo de dibujo. Claro que en España, sin ir más lejos, se omitía la procedencia de estas películas con la intención de hacerlas pasar por largometrajes de los tan populares dibujos animados japoneses de la época. Y picábamos.
A la ristra de dibujos coreanos sobre robots gigantes, émulos descarados del archiconocido Mazinger Z, hay que sumarle la famosa película de acción real “Tie Chao Ren” que se estrenó en nuestro país como una adaptación del anime “Mazinger Z”, entonces de éxito en la televisión y que, de procedencia también coreana, expoliaba una serie televisiva japonesa a la que tunearon convenientemente con el fin de convertirla en filme de hora y media de duración. El resultado en España se tradujo  en “Mazinger Z: El robot de las estrellas” también conocida en una de sus ediciones en vídeo bajo el título de “The Iron Superman”.
De poco después sería esta “Qi cai feng shen bang”, que con el extraño título castellano de “Tarzerix en la historia de los dioses chinos” — ¿por qué Tarzerix?— se hacía pasar por un manga de alta alcurnia con un reclamo de lo más sugerente; un sosias de Bruce Lee (que es chino y no japonés) que aparecía a todo póster.
En realidad se trata de un largometraje de animación taiwanés de muy baja ralea, con unos movimientos torpes y bruscos, y un dibujo casi siempre descuidado y a medio camino entre el anime y el cartoon checoslovaco. Pura morralla.
Lo que pasa es que toda esta morralla, se me antoja fascinante al igual que la  animación coreana  (“Golden Batman”, por ejemplo) y a las toneladas de nostalgia con las que me enfrento en recientes visionados (porque las vi de pequeño) hay que sumarle los raudales de diversión que contienen estas cintas, porque allí donde no alcanza la animación, estas producciones andan sobradas de velocidad y entretenimiento. Sorprendentemente, estas películas están francamente divertidas y se soportan estupendamente. La diversión se intensifica con lo chabacano de la animación, tornándose, estos,  productos de derribo de lo más destacables.
“Tarzerix en la historia de los dioses chinos”, hasta dónde alcanza mi comprensión, cuenta una historia de dioses, demonios y  mortales  que salen perjudicados entre sus caprichos belicosos, Con un tiránico rey que tiene sometida a toda su plebe, en guerra con otro clan. Finalmente, un héroe solitario y desconocido pondrá fin a toda esta maldad haciendo un alarde de artes marciales y destruyendo enemigos, como por ejemplo, ese pequeño demonio con una tuneladora en la cabeza, que recuerda sospechosamente a una de las criaturas de “Puppet Master”, Tuneleer, que tiene un diseño calcado.
“Tarzerix”, se estrenó en salas de nuestro país a finales de los años 70, y como solía ser de recibo en estas producciones taiwanesas y coreanas, y pasándose los posibles derechos de autor por los santos cojones,  este estreno se hizo acompañar, y al igual que “Mazinger Z: El robot de las Estrellas”, de toda suerte de merchadising fabricado para la ocasión como pueda ser la colección de tebeos editada por Editorial Valenciana que resumía la película en seis números (y que luego se editarían en un álbum), la colección de cromos o el single en 7’ con dos de las canciones de la película traducidas y grabadas al castellano.
“Tarzerix”, consiguió movilizar a los cines a 143.000 espectadores, cosa no del todo muy destacable pero que ya iba bien, siendo posteriormente un título perenne en las estanterías de los videoclubes, en su sección infantil. La paradoja es que, aún tratándose de una cinta destinada a los infantes, “Tarzerix” es una película violenta y sangrienta como pocas he visto, incluyendo en su metraje extracciones de corazones, deglutición de carne humana y acuchillamientos y atravesamientos con espada varios.
La otra curiosidad radica en que el héroe de la película, Tarzerix, no aparece hasta la recta final de la misma.
Muy maja.
Adjunto una publicidad del diario “La Vanguardia” de cuando se estrenó en salas allá por 1979.