Por supuesto, en el momento que sale una película en el que
una mujer acosa a un hombre (cosa que no es tan descabellada con esto de las
redes sociales de búsqueda de pareja, y sin distinción de género) ocurren dos
cosas, y “Cita con el miedo” no queda exenta
de ninguna de ellas: Por un lado, la inevitable comparación con
“Atracción fatal”, que era una película bastante inquietante y marrullera, y
por otro, que con los tiempos de corrección política que corren, una película
frívola sobre ciber acoso se convierta en un panfleto ultra conservador. Porque
todo en la película está diseñado para que el protagonista, que hace uso de su
sexualidad libremente a través de las redes, al igual que las mujeres que por
ahí pululan con fines idénticos a los de los hombres, caiga antipático al
espectador desde el minuto uno. Se folla a las tías y todo ello se nos muestra
con la idea de hacernos pensar que lo que está haciendo está mal, que usa a las
tías para su beneficio sexual. Es un ogro, un tipo que se merece el calvario
por el que va a pasar. Y eso que en esta película el individuo no comete ningún
acto reprobable como pueda ser el adulterio, cosa que en “Atracción fatal” si
ocurría. En contraposición, la acosadora es presentada como todo lo contrario, como
un bello ser encantador que se ha enamorado. Aunque finja su suicidio y de la
varila toda la película. Claro qué, todo esto tiene sentido por el devenir de
los acontecimientos y como va girando el guion, pero seguir con este tema, al final sería spoilear la
película. Como fuera, a lo que voy, es que la película en absoluto es
rompedora, sino todo lo contrario.
Al margen de esto, “Cita con el miedo” es una película que
entraría, sin pestañear, a engrosar las listas de las “malas pero divertidas”,
pese a su buena factura técnica y su
acabado formal. Y es que es mala a rabiar, pero tan entretenida…
Desde luego, cuesta comprender que un guion tan malo,
quemado y requemado como este —descubrí todo lo que iba a suceder desde el
primer momento— esté escrito por el mismo individuo que escribió una historia
tan original como la de la película “Juegos Sucios” que, dentro de su
discreción, al menos conseguía que el espectador estuviera pegado a la pantalla
con gran interés. Y es que David Chirchirillo, guionista de aquella, escribe y
también dirige esta “Cita con el miedo” tras alguna experiencia made in Asylum
(o cualquier otra de esas indistinguibles productoras). No me malinterpreten,
el nivel de dirección de Chirchirillo está muy por encima del de los directores
de esas producciones, y quizá lo más destacable de la película sea precisamente
su dirección, pero el resto es tan flojo, las interpretaciones tan sosas, y
todo tan previsible, que el espectador no puede dejar de ver la película
mientras esboza una sonrisilla cínica, o se lleva las manos a los ojos para
protegerse de la vergüenza ajena que provocan algunas escenas. Llega a ser sonrojante. Pero en la parte positiva,
diré que la corta duración del metraje ayuda a su digestión, amen de tener un
ritmazo a prueba de balas y resultar toda la película un divertimento tonto, en
el que el espectador con menos coeficiente intelectual puede hacer sus cábalas
y llenarse de hilaridad tras resolverlas (está tan claro lo que sucede ahí, que
cuando la película pega un giro de guion que supuestamente rompe con todo lo
visto hasta ese momento, el espectador ya lo ha descubierto hace una hora y se
descojona), quedando al final la sensación de habérselo pasado muy bien durante
su visionado. Y eso está muy bien y es de agradecer. Y eso, que la película
intenta ser pretenciosa y trascendente… al final es una entrañable película de
pipas.
Si la echan un vistacillo, les hará más bien que mal, pese a
lo espantoso que es todo.