A partir de los 2000, nuestros caminos se separaron. Cosas de la vida. Nos veíamos eventualmente, pero ya lejos de aquellas intensas sesiones de intercambio de ideas.
Enterarme de su prematura defunción -era aún muy joven y le quedaba mucha guerra-, fue y es todo un mazazo. No sabía cómo rendirle este pequeño tributo, y entonces recordé los tiempos que andábamos trasteando con los primeros ejemplares de "Aquí Vale Todo". Jugueteando con el ordenador, le salió una chorradica muy "estilo Monty Python" (como él mismo comentó). Me la dio, la guardé, pero jamás se me ocurrió nada que hacer con ella... hasta hoy.
Descanse en paz, Señor Martex.