viernes, 24 de abril de 2020

HOUSE PARTY 2

Inmediatamente después de que “House Party” supusiera un éxito, la New Line perpetró deprisa y corriendo una secuela.
Reginald Hudlin, director de la primera película y creador del concepto —que en cierto modo, “House Party”, es una película de autor— ya estaba a otras cosas y rehusó el hacer una nueva comedia para lucimiento de Kid –N-Play. Él ya había hecho su película sobre fiestas caseras y  ya estaba con la preproducción de su film de estudio con Eddie Murphy, “Boomerang, el príncipe de las mujeres”, por lo que  la  película quedó en manos de los productores George Jackson y Doug Mc Henry (productores de las más populares películas hiphoperas. Han puesto pasta en “Krush Groove”, “Tres gordos y un millonario” o “New Jack City”), que con mucha experiencia en películas de negratas, sin embargo, era la primera vez que se ponían detrás de las cámaras. Para hacer su aparición más enrollada, y por si la cosa colaba y podían seguir explotando en filón posteriormente, decidieron firmar la película con sus nombres de pila, quedando una cosa desenfadada y pizpireta; “Una película de Doug & George”.
“House Party 2” comienza justo un tiempo después de donde acabó la primera entrega y tenemos un conflicto entre Kid-N-Play, porque el primero va a ir a la universidad, como le prometió a su padre ya fallecido (se mató al personaje tras morir el actor que lo interpretaba, Robin Harris) y el segundo está resentido porque están a punto de firmar un contrato discográfico con una compañía que les llevará al estrellato y Kid no va a firmarlo. La cosa se complica cuando el primero pierde el cheque con el dinero de la matricula en el coche de Play y, este, utiliza ese dinero como adelanto de la grabación de su LP en solitario, con tan mala suerte que resulta que los de la discográfica son en realidad timadores de tres al cuarto y les tangan el dinero. Tras resolver sus rencillas por este incidente, Kid –N-Play decidirán que la mejor forma de conseguir el dinero que Kid necesita para pagar su matricula, es organizando una gran fiesta en el campus, por lo que organizarán una gran fiesta de pijamas.
Con la fiesta que da título a la película como elemento secundario de la trama, “House Party 2” lo que hace es cambiar el entorno donde suceden los acontecimientos y repetir los gags que funcionaron en la primer película. También potencia la presencia de artistas de la música negra, por lo que introduce nuevas actuaciones dentro de la fiesta de gente como Toni, Tony, Tonë,  o tiene papeles secundarios para rappers como puedan ser Queen Latifah (quien luego desarrollaría una fructífera carrera en el cine) o Kamron (rapero blanco de un grupo súper odiado por los puristas llamado Young Black Teenagers, y es que, siendo un grupo de blancos, chocó un poco que en su nombre usaran la palabra “Black”), que además le darán variedad a la parte musical. Por lo demás, repite la mayoría del elenco de la primera película, incluido Martin Lawrence que ya era un personaje muy, muy popular gracias a su serie televisiva.
“House Party 2” no funciona a ninguno de los niveles. Cuando se repite un gag de la primera la cosa está tan forzada que da cierta grima, y el resto de comedia apenas si logra hacernos esbozar una sonrisilla. En resumidas cuentas, es un rollo macabeo, muy inferior a la, ya discretita, primera parte que, aunque el fin de semana de su estreno se posicionó en el número uno de la taquilla, poco a poco se fue desinflando hasta desaparecer de la cartelera. A España ya llegó directamente en vídeo.
Como anécdota decir que, Roger Ebert, defensor a ultranza de la primer parte, dijo que esta no es más que una película de Pat Boone, pero sustituyendo sus trajes blancos por gente negra ¡Te cagas! No obstante, añade que, como sea, tampoco es una mierda de película. A mí “House Party 2”, me parece lo peor de lo peor. Pero tiene su aquél, aunque sólo sea por mala.