Los más viejos del lugar —es decir, los cuarentones— recordarán
a la cantante mexicana Gloria Trevi
cuando, a finales de los 80, al mismo tiempo que triunfaba por todo lo alto en
toda Latino América, fue presentada en nuestro país con el fin de promocionar
su reciente disco. Apareció insistentemente en el “Un, dos tres”. Chicho Ibáñez se empeñó en
lanzar en España a esta cantante. Ustedes recordarán aquella canción de “Quiero
llevar el pelo suelto”. Y quizás durante un par de años, el fenómeno Gloria
Trevi funcionó mínimamente en España, para luego dejar de ser unos de los
países que la cantante tuviera en el punto de mira, porque, para España, la
mega estrella mexicana, fue flor de una primavera.
Al otro lado del océano, no obstante, a cada año que
pasaba, la Trevi triunfaba cada vez más
llegando a ser una de las cantantes pop más importantes en habla hispana.
Si ya sitúan a Gloria Trevi, lo que ustedes no sabrán,
al igual que yo hasta que he visto la película,
es que esta cantante se vio envuelta en un turbio caso de secuestro,
corrupción de menores y violación agravada, junto a su manager Sergio Andrade,
artista multidisciplinar, compositor, cantante y multi instrumentista, que
fichó a la Trevi cuando esta era adolescente para hacerla triunfar por todo lo alto al mismo tiempo que la hizo formar parte
de la secta sexual que tenía organizada el músico. El gachó se había montado un
harén a base de contratar jovencitas que soñaban ser estrellas de la canción.
Andrade, de personalidad embaucadora y enigmática, logró lavar el cerebro de
todas estas cantantes, Trevi incluida, para convertirlas en sus esclavas
sexuales y someterlas a todo tipo de vejaciones y malos tratos.
Este escándalo —casi un culto satánico—, se destapó a
raíz de la aparición del libro “La
Gloria por el infierno”, escrito por una de las muchachitas que había estado
metida en esa secta, Aline, qué logró escapar, y contó la odisea vivida en lo que la prensa
llamó “El clan Andrade-Trevi”, dando detalles de toda suerte de torturas a las
que estas chicas fueron sometidas durante el transcurso de su estancia con esta
gente, y acusando a Gloria Trevi de participar activamente en las vejaciones a
las que les sometía Sergio Andrade. El escándalo fue una de las comidillas de
latino américa, porque claro, era muy fuerte tener a una estrella del calibre
de la Trevi metida en un rollo tan oscuro.
Como fuere, tras unos años en prisión y ser absuelta la Trevi gracias al testimonio
de Andrade, que afirmó que Gloria no estaba implicada en el caso de corrupción de menores, esta retomó su carrera con el mismo éxito que
entonces y, a día de hoy, sigue siendo una de las cantantes más importantes.
Pero el caso del clan Andrade – Trevi, no queda muy claro, y tras ver
entrevistas y reportajes sobre el tema, en los que vemos a una Gloria Trevi
nerviosa y dando versiones contradictorias de lo que ocurría en ese clan, lo
único de lo que no me queda duda es que estos dos permanecen hoy en libertad
por ser ricos y famosos, pero que en realidad, todo es mucho más turbio —con un
bebé de la Trevi y Andrade asesinado por el camino— de lo que parece, que no es
poco.
Así, y basándose en el libro de la chiquilla que
destapó todo el desaguisado (y en declaraciones de otras aspirantes a cantantes
que lograron salir de esa secta), con dirección del director de procedencia
suiza Cristian Keller, se estrenó en 2014 este biopic que explica con pelos y
señales lo que supuestamente pasó con esta historia, y que va combinando el
ascenso a la fama de Gloria Trevi, con los extraños crímenes sexuales que
sucedían a su vez en el entorno de la cantante y su mánager.
Lo bueno de todo esto es que yo me enfrenté a la
película sin saber nada del clan Andrade-Trevi, y me he quedado a cuadros
viendo la película. Más a cuadros, después, viendo en Youtube los vídeos y
entrevistas a implicados sobre el caso.
La película, afortunadamente no toma partido ni tiene
en cuenta las declaraciones de la cantante —de hecho ella afirmó antes del
estreno que había sido estafada por la producción para que cediera sus derechos
de imagen— y nos ofrece una visión objetiva del asunto, en la que ninguno de
los dos artistas que retrata salen muy bien parados, si bien, mientras que
Andrade aparece retratado como un vil y manipulador depredador sexual, a Gloria
Trevi se la retrata como una víctima sumisa con el cerebro absolutamente
sorbido por este señor, que de tal amor que le procesa, acaba haciendo lo que a
él le da la gana con ella.
La película es sorprendente, interesante y
terriblemente oscura, precisamente por no tener en cuenta lo que estos dos
seres infames tuvieran que decir, y por echarle cojones y contar el asunto
desde las perspectivas de las víctimas reales. Muy recomendable.
Paradójicamente, la película fue un fracaso de
taquilla achacado a, por un lado, que un mes antes de que se estrenara ya
estaba circulando de manera pirata y, por otro, a que según los productores,
probablemente el público ya estaba del clan Andrade-Trevi hasta la coronilla,
tras más de 20 años ocupando las parrillas de los noticiarios y la prensa del
corazón. Con todo, las críticas fueron favorables y fue la seleccionada por
México para que le representara en la carrera hacia los Oscars de 2014. No
consiguió la nominación.
La Trevi, que en un principio apoyó la causa y asesoró
al equipo de producción al respecto, cuando vio el corte final, califico a la
película de aberración y empezó su cruzada contra ella para impedir que se
estrenase. No lo consiguió.