En la época que vivía engañado creyendo que me gustaba leer novela de terror -que no- y, más concretamente, a Stephen King -que tampoco-, descubrir en la sección de novedades de la librería del "Corte Inglés" este "El ciclo del hombre lobo" fue todo un regalo para los sentidos. A saber: cortito, letra gorda, aspecto super-atractivo y, más importante aún, con ilustraciones del gran gran Bernie Wrightson (que en paz descanse). No hacía muchos años de su colaboración con King para la fabulosa traslación tebeística de la maravillosa "Creepshow" (porque ese es el Stephen King que a mi me molaba, y me mola, aquel vinculado al cine), así que, teniendo en cuenta lo mega-fan que era -y soy- de aquella, este libro se antojaba casi casi como un tesoro. Tanto como para intentar leerlo. Y tanto como, tropecientos años después de haberlo extraviado, recuperarlo a través de "Wallapop". ¿Por qué? ¿por su alto valor literario? ¡¡No!! Por nostalgia, el aspecto y los dibus del co-papá de "La cosa del pantano".
Hay un hombre lobo ahí fuera. Cada noche que la luna es llena, sale a cazar individuos a los que devora con delectación. Un niño paralítico será el único que le haga frente.
Sí, es cierto que Stephen King era una fábrica de "best sellers" y cualquier cosa que llevaba su firma -especialmente en esa época- se vendía. Y la prueba está en "El ciclo del hombre lobo", que como novela es de lo más insulsa, tontuna y previsible. Tal vez lo único que llama la atención es que, tratándose de una historia de licántropos, se ajusta más a los ciclos lunares de lo que es habitual en las películas del gremio, cosa que afecta a su formato episódico. De hecho, leyéndolo aprendí que la luna llena no sale cada día, o arbitrariamente, así que, pal caso, digamos que King ejerció de una especie de Carl Sagan para mi yo adolescente, granudo y virginal. Por lo demás, pues no sé, una obra de lo más normalilla, que ni deja huella, ni irrita, ni deslumbra. De haberla firmado Pepe López, seguramente nadie la valoraría... salvo por la maravillosa labor de Wrightson. Lo suyo es para arrancar y enmarcar.
No hace falta decir que, también como todo lo que escribía Stephen King en la época, "El ciclo del hombre lobo" se convirtió en una película de la que ya hablé en su momento. Lo que más llama la atención de ella es el protagonismo que da a personajes secundarios -o muy secundarios- del libro, como la hermana del chaval paralítico. Y luego, pues que se carga el único aspecto semi-original, la mentada estructura episódica en conveniencia con los ciclos lunares, convirtiéndola en un relato lineal y elemental hasta la médula. En fins...
Resumiendo: Recomendado exclusivamente a fans de Bernie Wrightson.