lunes, 22 de agosto de 2022

THE AMITYVILLE LEGACY

Desde que es vox populi que cualquiera puede hacer una película de Amityville, uno llega a perder  la cuenta de los títulos que se han facturado en el cine de bajo presupuesto y, sobre todo, en ese tipo de películas amateur que, al menos en los Estados Unidos, gozan de distribución comercial, antes en formato físico, ahora a través de las plataformas de streaming.
Lo curioso del asunto es que el fanatismo en USA muchas veces se presta a confundir velocidad con tocino y, una afamada web dedicada al cine de terror llamada 1428 Elm, elaboró un ranking con todas las películas de la saga Amityville, oficiales o no,  ordenándolas de mejor a peor y, dentro de esta, aparece en el puesto número 11 la que nos ocupa, “The Amityville legacy”, quedando por encima de otras oficiales como por ejemplo “La casa de muñecas de Amityville”. Tampoco es que quedar el undécimo de un ranking de quince títulos sea gran cosa, y menos en una página destinada a pajilleros, pero esto le sirvió al director de esta cosa, Dustin Ferguson, para adquirir cierta notoriedad dentro del fandom. Al fin y al cabo se trataba de una película bastante fiel, no ya a los títulos originales, si no al caso real centrado en la familia De Feo, y que llevó adelante con tremenda seriedad y presupuesto nimio; “The Amityville Legacy” —también conocida como “The Amityville Toybox”— es una película amateur con todas las de la ley.
Explica el caso real de los De Feo en un flashback para pronto trasladar la acción a la actualidad y situarnos en el hogar de una familia que, celebrando el cincuenta cumpleaños del cabeza de familia, le regalan un mono con platillos que él había tenido cuando era pequeño (el típico mono con platillos que aparecía en las viejas películas de casas encantadas tipo “El regalo del diablo” o “El desván”). Resulta que este monito provenía de la choza de Amityville y, por lo tanto, está poseído por un demonio. De este modo el caballero que cumple años acabará igualmente poseído y, escopeta en ristre, arrasará con unos cuantos miembros de su familia.
Por supuesto, la película no tiene nada de especial más allá de lo en serio que se toma a sí misma y la intención de ser una secuela más de la franquicia pero facturada con tan solo una cámara de vídeo. También hay que darle crédito a la chulísima maqueta de la casa original que utiliza Ferguson, así como la suerte de ser el propietario de uno de esos terroríficos monitos con platillos, pero más allá de eso, nada. Aburrimiento, aburrimiento y más aburrimiento. Añádanle eternas conversaciones sostenidas por actores no profesionales que no ayudan a que la hora y cinco que pase en un santiamén. Nada nuevo en el horizonte.
Tampoco la película ha de desmerecer ese undécimo puesto en la lista de películas sobre Amityville elaborada por 1428 Elm porque, en justicia, hay que decir que muchas de las originales son peores que esta.
Por su lado, Dustin Ferguson era un individuo apasionado del cine de terror que desde bien pequeñito tenía claro que quería ser propietario de un videoclub, y eso era a lo que se quería dedicar profesionalmente. Acabaría sus estudios y, después, abriría su propio establecimiento. Sin embargo para cuando se graduó en la universidad, los videoclubes estaban desapareciendo y, aunque tuvo una intentona, montar un videoclub ya no era una opción de futuro, así que lo desechó. Como hacía pequeños cortos en sus ratos libres, a partir de 2007 se dedicó casi en exclusiva a la manufacturación personal y casera de largometrajes para su explotación en vídeo. Y, paradójicamente, no le ha ido mal. Desde entonces ha editado más de 100 títulos de variado pelaje, todo homenajes a sus títulos favoritos y que van desde el culto al mondo con “Faces of Dyin” al rape & revenge con “I drip blood on your grave”, convirtiéndose en los últimos tiempos en uno más de esos directores mercenarios de distribuidoras que hace 15 años podían tener algo de gracia, pero que a día de hoy no tienen ninguna y facturan imposibles e irritantes híbridos mezclando conceptos como dinosaurios y ébola en “Ebola Rex”, arañas y tornados en “Arachnado” y demás morralla sin alma para que piquen, en la venta de vídeos o plataformas de streaming, todos esos incautos rednecks de la América profunda que gustan de visionar estas basuras carentes de originalidad alguna.
Sin embargo, Ferguson se ha hecho un pequeño nombre con esto, sobre todo gracias a “The Amityville Legacy” que es su película más popular, y, visto lo visto, puede que la mejor de su extensa filmografía.
No se quedó contento con un solo Amityville, y destrozó el concepto más adelante, como verán el próximo día…