sábado, 21 de septiembre de 2024

CON LA MAREA

Amigos, jamás menosprecien el poder de una buena historia, especialmente si viene bien contada y, más importante pal caso, perfectamente trasladada a la pantalla. Los cinéfilos, los deglutidores de "ficción enmarcada", nos pasamos el día consumiendo productos que, en su mayoría, nos dejan igual. Fríos. Por eso, localizar uno que ha logrado lo imposible, entretenernos tanto como para olvidar la suciedad del mundo real, es como localizar un tesoro perdido, digno de compartirse con aquellas almas afines. Esa es la razón de que, raudo, me ponga a escribir esto al día siguiente de haber disfrutado "The king tide", titulada sosamente "Con la marea" en las aspañas.
Así, de esta guisa, nos topamos con dos injusticias. La primera, que films tan válidos y refrescantes terminen perdidos en el inmenso océano formado por una inagotable sobreproducción. Destino al que, lamentablemente, hoy día están condenadas casi todas las películas. La segunda, que para explicar el argumento de "The king tide" tenga que morderme la lengua -por aquello de no joderles el gozo- y quedarme con las ganas de exponer muchas de sus virtudes narrativas. Tiraré de las más elementales y, para el resto, tendrán que confiar en mí.
Un islote perdido en medio del mar, habitado por una comunidad pesquera, recibe la inexplicable visita de un bebé, casi como surgido de las aguas. Pero no uno cualquiera (en realidad una, ya que luce vagina), este tiene poderes, es capaz de obrar milagros sin esforzarse. Su especialidad consiste en otorgar inagotable salud a todos los que se sitúan a su vera, incluido curar enfermos, así como garantizar abundante pesca para todo el año. Ante tal panorama, los habitantes deciden aislarse del resto del planeta, cerrar la consulta del médico (quien, aburrido y frustrado, se da al bebercio) y ocultar a la cría que ahí fuera existe todo un mundo listo por descubrir, a ver que no le dé la neura de querer pirarse.
Pasan diez años perfectos, hasta que un accidente provoca tal shock en la niña milagrosa que pierde sus capacidades. ¿Y ahora qué? Los enfermos vuelven a las andadas. El invierno se aproxima y no hay peces suficientes. Algunos se plantean saltarse la prohibición de salir de la isla. Afloran las primeras tensiones. Lo crean o no, habrá más sorpresas desagradables y la cosa empeorará, pero.... en fin.... aquí es cuando me veo obligado a detenerme. El resto es tan interesante y emocionante como lo contado hasta ahora. Todo ello, además, perfectamente rodado e interpretado por un equipo mayormente canadiense.
El único rostro que reconozco es el de la veterana Frances Fisher, presente en títulos de peso como "Sin Perdón", "Titanic" (sí, esa) y la insuficientemente valorada serie-secuela de "Watchmen". Dirige el ignoto -para mí- Christian Sparkes. Y los responsables de la idea / guion son KC Coughlin, Ryan Grassaby y Albert Shin.
Un fuerte aplauso para todos ellos.