Un producto genuinamente Bollywoodiano, el primero que veo y probablemente el ultimo. Estamos ante un MEMENTO hindú sobrado de medios, pero carente de originalidad alguna y que solamente entretiene a momentos.
A un tipo le dan con una barra de acero en la cabeza. Como consecuencia, perderá la memoria a intervalos de quince minutos. Decide vengarse de sus agresores para lo que irá escribiendo notas, mensajes y haciendo fotos, con las cuales poder recordar que tiene que vengarse de sus agresores.
En fin, una trama que ya hemos visto antes, mas torpe y aburrida que la de la película de Nolan, pero rodada con muchos más medios que esta. El diseño de producción es tremendo, la fotografía de colores chillones única y el montaje frenético. Pero en tres horas de metraje, demasiado de este montaje es para rellenar, con lo cual una secuencia tan sencilla como la del prota quitándose la camiseta para leer los mensajes que se ha tatuado en el cuerpo, la alargan excesivamente, precisamente mostrándonos gratuitamente una buena ristra de efectos de montaje.
Le vas pillando el hilo, te engancha, pero con la misma facilidad lo sueltas, te aburres y vuelves a pillarlo.
Y como en todo buen producto de Bollywood, no pueden faltar los numeritos musicales, que efectivamente, no pegan nada en esta película... pero los meten con calzador, inventando empleos a los protagonistas (cantantes, actores, modelos) en los que tienen que cantar y bailar. Una excusa ridícula para meter las ridículas cancioncitas.
Como ya he dicho antes, tres horazas de metraje... son muchas para algo como esto.En definitiva, que la película de A.R. Murugadoos, sorprende por esos aires de superproducción que se gasta, pero luego el ridículo y el aburrimiento ( y los números musicales) se cargan la película del todo.
A un tipo le dan con una barra de acero en la cabeza. Como consecuencia, perderá la memoria a intervalos de quince minutos. Decide vengarse de sus agresores para lo que irá escribiendo notas, mensajes y haciendo fotos, con las cuales poder recordar que tiene que vengarse de sus agresores.
En fin, una trama que ya hemos visto antes, mas torpe y aburrida que la de la película de Nolan, pero rodada con muchos más medios que esta. El diseño de producción es tremendo, la fotografía de colores chillones única y el montaje frenético. Pero en tres horas de metraje, demasiado de este montaje es para rellenar, con lo cual una secuencia tan sencilla como la del prota quitándose la camiseta para leer los mensajes que se ha tatuado en el cuerpo, la alargan excesivamente, precisamente mostrándonos gratuitamente una buena ristra de efectos de montaje.
Le vas pillando el hilo, te engancha, pero con la misma facilidad lo sueltas, te aburres y vuelves a pillarlo.
Y como en todo buen producto de Bollywood, no pueden faltar los numeritos musicales, que efectivamente, no pegan nada en esta película... pero los meten con calzador, inventando empleos a los protagonistas (cantantes, actores, modelos) en los que tienen que cantar y bailar. Una excusa ridícula para meter las ridículas cancioncitas.
Como ya he dicho antes, tres horazas de metraje... son muchas para algo como esto.En definitiva, que la película de A.R. Murugadoos, sorprende por esos aires de superproducción que se gasta, pero luego el ridículo y el aburrimiento ( y los números musicales) se cargan la película del todo.